¡Hasta siempre, Almudena Grandes!
- "La gente joven no es peligrosa, es inexperta", nos decía la autora madrileña en una entrevista en 1999
29 noviembre 2021
La escritora madrileña ha sido una de las grandes firmas que, como José Saramago, Camilo José Cela o Soledad Puértolas, entre otros, han pasado por la revista 'Tráfico y Seguridad Vial'. Tanto en el artículo que firmó en 1989 como la entrevista que nos concedió en 1999, la escritora madrileña demostró que tenía las ideas muy claras, también en el ámbito de la seguridad vial.
Las edades de Lulú, Te llamaré Viernes, Malena es un nombre de tango, Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, El corazón helado o Los besos en el pan son algunos de los títulos del legado literario de Almudena Grandes, la escritora fallecida el pasado sábado en Madrid a los 61 años, víctima de un cáncer.
En el número 46 de la revista, publicado en el verano de 1989, firmó un artículo, en el que una joven Almudena Grandes recordaba el atropello que sufrió su hermana pequeña Mónica durante un verano, mientras veraneaban con su familia en Becerril de la Sierra, una localidad de la sierra madrileña. Ese suceso sirvió a la entonces joven escritora para reflexionar sobre "la irreparable imbecilidad de unos padres que al parecer son capaces de arriesgar la vida de sus hijos y la de los hijos de los demás en aras del dudoso prestigio social expresado por el número de motores de explosión que sea capaz de albergar su garaje, siempre, por supuesto, en relación con el garaje del vecino".
Inconsciencia paterna
Diez años después, en el último número del año 1999 (el 139) nos concedió una entrevista, en la que volvía a insistir en el mismo tema: "Yo, como madre de un hijo adolescente, no entiendo la alegría con la que los padres motorizan a sus hijos. Esta inconsciencia paterna tiene que ver con el status que se quiere aparentar. Los padres consideran que son menos que el vecino si no le compran una moto al niño".
También abordaba otros asuntos relacionados con la seguridad vial. Por ejemplo, aseguraba que "la gente joven no peligrosa, es inexperta" y se preguntaba por qué si el límite de velocidad "es de 120 km/h, los coches pueden correr casi el doble": "La alarma social justificaría que se limitara la velocidad... de los automóviles".
