Paso de peatones tridimensionales
- El paso tridimensional de Almussafes utiliza un método de instalación con calor más barato y más duradero que otros que se instalan con pintura convencional
13 junio 2018
La calle Ausiàs March, junto al Pabellón deportivo municipal de Almussafes, en Valencia, es donde se ha instalado el primer paso de peatones tridimensional y, además, termofusible. En vez de pintura convencional, este paso ha sido instalado con calor, precalentando la carretera y colocando piezas de plástico adaptado. Este método de instalación "es más barato y menos invasivo que otros reductores de velocidad (como badenes o coijines berlineses), doce veces más duradero que la pintura convencional y con una mayor capacidad de adherencia", asegura Bernat Bauzá, responsable de Expansión y Desarrollo de Negocio en Tecnol, la empresa que se ha encargado de diesñarlo. Esta técnica pretende incrementar la seguridad gracias al efecto visual tridimensional que provoca a los conductores, estimulando la frenada instintiva para mayor seguridad de los peatones. Además, la pintura es antideslizante, de modo que reduce los riesgos cuando llueve.
Vila-Real en Castellón
El pasado 7 de mayo se instaló en Vila-real, localidad de Castellón, el primero de varios pasos de peatones en 3D. “La propuesta surge tras escuchar las peticiones de los vecinos, a través de diversos entes vecinales y sociales, que nos han trasladado la necesidad de reducir la velocidad de circulación en algunas zonas, especialmente en el centro”, explica Mónica Mañas, concejala de Innovación del ayuntamiento. Tras recibir las propuestas de los vecinos a través de asociaciones, AMPA, el buzón de la web o el área de Participación Ciudadana, el Ayuntamiento -que trabaja en contacto directo con la Fundación Globalis y la Cátedra de Innovación Cerámica Ciutat de Vila-real- decide ensayar esta iniciativa. La pintura, según Mónica Mañas, “es antideslizante, de modo que aunque llueva garantiza la seguridad de quienes conducen un vehículo a dos ruedas”.
Uno de los primeros se instaló en septiembre de 2017 en la localidad de Ísafjörður, en Westfjords (Islandia). Una medida mediante la que este pequeño pueblo pesquero pretende evitar accidentes de tráfico en su casco histórico, donde se encuentran un gran número de calles residenciales estrechas.