No se quede tirado
- El progresivo envejecimiento de nuestro parque (12 años de media) podría estar detrás de muchos accidentes
04 julio 2014
El viaje de verano –cientos de kilómetros a pleno sol, cargados y sometidos a continuas paradas y arranques– es una prueba dura para coche. Sobre todo, si ya está entrado en años. De hecho, el progresivo envejecimiento del parque de vehículos, con una media de 12 años, podría estar detrás del origen de muchos accidentes con consecuencias graves. Y no solo porque carecen de los modernos sistemas de seguridad activa y pasiva, capaces de evitar muchos percances o de amortiguar sus consecuencias, sino por el abandono de su mantenimiento. Así, 1 de cada 4 usuarios retrasa más de 6 meses la visita al taller y 1 de cada 10 lleva más de un año sin pasar por él, según un estudio de Fesvial, que ofrece otro dato: el 30% de los vehículos que acuden a un taller a causa de un siniestro circulaban con los neumáticos en mal estado.
El chequeo imprescindible
La importancia de una adecuada puesta a punto está fuera de toda duda. Evite que el coche le deje tirado cuando viaje son su familia realizando el chequeo imprescindible:
-
Dirección. Acuda al taller si nota holguras, ruidos, vibraciones, o mayor dureza.
-
Frenos. Haga que le revisen pastillas/zapatas, discos y nivel de frenos.
-
Suspensión. Su deterioro es imperceptible, pero de ella depende la estabilidad del coche, incluso la capacidad de frenado.
-
Neumáticos. Compruebe la profundidad del dibujo (mínimo 1,6 mm) y que no sufren malformaciones, deterioro de la goma o desgastes irregulares; y verifique la presión, en frío, antes de salir de viaje, sin olvidar la rueda de repuesto.
-
Luces. Tanto los intermitentes como el alumbrado deben estar en perfecto uso y bien regulados.
-
Niveles. No olvide los niveles de aceite, limpiaparabrisas y liquido de refrigeración, además del de los frenos.
-
Filtros. Compruebe los filtros (aceite, aire y polen).
-
Batería y otros. No se olvide revisar la batería, el estado de los limpiaparabrisas y de realizar una buena limpieza de las lunas, espejos y faros.
Conseguir una adecuada temperatura en el habitáculo del coche –entre 22 y 24 grados– proporciona seguridad a la conducción. Por encima de esa temperatura puede aumentar la fatiga del conductor, su tiempo de reacción, los fallos y, lo que es peor, los accidentes. De ahí la importancia del aire acondicionado o del climatizador del coche y su papel en el confort y la seguridad. Por ello, téngalo en cuenta cuando acuda al taller a realizar una puesta a punto del coche, sobre todo si observa que enfría menos o escucha ruidos al conectarlo.