Aprender de los animales para mejorar el tráfico
- Adecuar los ciclos de los semáforos a los flujos migratorios de los pájaros, puede reducir los atascos entre un 5 y un 10%
15 septiembre 2015
La naturaleza es fuente de inspiración de numerosos sectores, y el del motor no se queda atrás y busca en los sistemas bioinspirados una alternativa seria para dar solución a problemas del tráfico. Varios son los proyectos en los que se está trabajando en este sentido. Un ejemplo lo tenemos en el Campus universitario de Teruel, donde trabajan los investigadores Óscar Melchor y Antonio Lucas-Alba, en un nuevo modelo de conducción que denominan 'armónica' basada en los movimientos en grupo de la oruga procesionaria. Los investigadores afirman que si se aplica a la conducción "se avanza manteniendo la misma velocidad media que el vehículo precedente, sin acelereones ni frenazos y siempre dentro de la distancia de seguridad". Entre sus ventajas señalan: menos estrés en los conductores, menos consumo de combustible y reducción del riesgo de accidentes (ver infografía).
Semáforos perfectos
Los semáforos son un elemento esencial para gestionar el tráfico, pero también 'culpables' de gran parte de los atascos en ciudad. El problema, explica Enrique Alba, catedrático de la Universidad de Málaga, es que “los centros de control de tráfico clásicos se basan en datos particulares y no tienen ningún tipo de feedback”. Para mejorar el sistema, la Universidad de Málaga está llevando a cabo un estudio basado en los flujos migratorios de los pájaros que “permite combinar multitud de variables para recrear los eventos que rodean a la movilidad urbana en un mismo momento, como una hora punta”, indica Alba. En su investigación consideran los patrones de tráfico de cualquier núcleo urbano y se propone un plan integral de ciclos de semáforos adecuado para reducir atascos y emisiones contaminantes (pinche en la siguiente imagen para ver la infografía). Los primeros datos muestran que se podrían reducir los atascos entre un 5 y un 10%.
La mejor ruta
Otra de las investigaciones que está llevando a cabo la Universidad de Málaga pretende analizar los patrones de una ciudad, basándose en cómo se comunican las hormigas, para enviar a los dispositivos móviles de los conductores la mejor ruta posible para llegar a su destino, “en función de las circunstancias del tráfico y de la vía de ese momento”, indica Enrique Alba. Las hormigas, al desplazarse, dejan un rastro de feromonas que ‘ilumina’ el camino para las demás. Cuantas más hormigas van por un mismo camino, más feromonas, enseñando así la mejor ruta a todas las demás. Para imitar su sistema, “queremos instalar chips inteligentes en todos los cruces para que obtengan información de los vehículos que pasan y, con esa información, nutrir continuamente el sistema, proporcionar a esos y al resto de conductores el camino óptimo en cada momento” (ver infografía).