Arranca la seguridad vial del futuro
- La revisión propuesta incluye cerca de 40 objetivos y más de 150 medidas prioritarias en asuntos clave como reincidentes, drogas, alcohol, ciclistas y carreteras convencionales
- La DGT quiere consensuarla con Administraciones y entidades implicadas en la seguridad vial
14 julio 2017
La DGT está actualizando la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020, la hoja de ruta contra la siniestralidad vial en España, en colaboración con distintos ministerios e instituciones vinculados a la seguridad vial.
Durante la última reunión del Consejo Superior de Tráfico, Seguridad Vial y Movilidad Sostenible, órgano que agrupa administraciones y entidades implicadas en la seguridad vial, la DGT dio a conocer sus propuestas para renovar el Plan Estratégico, con casi 40 objetivos y más de 150 medidas -muchas aún por consensuar- en asuntos clave como reincidentes, alcohol y otras drogas, niños, jóvenes, mayores, ciclistas y carreteras convencionales.
Revisión y mejora.
Esta puesta al día de la Estrategia permitirá modificar medidas ya existentes, suprimir otras e incorporar nuevas. Para la DGT, los cambios en seguridad vial y movilidad en los últimos años, los conocimientos acumulados y la necesidad de asentar la estrategia futura, justifican este trabajo de revisión y mejora.
“Esta revisión está permitiendo introducir nuevas metodologías en la selección de intervenciones eficaces y generará acciones de indudable utilidad en los próximos años, una vez debatidas por todos los agentes implicados”, explica Juan Carlos González, subdirector adjunto de Investigación e Intervención de la DGT.
Noveles y mayores.
Respecto a los conductores inexpertos, las propuestas contemplan restricciones al consumo de alcohol. Asimismo, la DGT considera preciso impulsar una colaboración más estrecha con las autoridades sanitarias respecto a conductores mayores, enfermos sin control médico y con incapacidad laboral. La revisión también aborda medidas para facilitar el acceso a la conducción de personas con discapacidad física y con determinadas enfermedades.
Sillitas y escolares.
La DGT pretende seguir reforzando el buen uso de los sistemas de retención infantil mediante campañas de vigilancia en turismos y autobuses escolares. Además, las jefaturas provinciales de Tráfico van a seguir trabajando en el ámbito sanitario, con padres y con vendedores de sillitas en sesiones formativas. En el ámbito de la infancia, continuará la colaboración con colegios y ayuntamientos para crear entornos escolares seguros: actualmente la DGT participa en más de 150 proyectos de este tipo en otros tantos municipios.
Carreteras secundarias
Para reducir la siniestralidad en las carreteras secundarias o convencionales, que concentran aproximadamente el 75% de los accidentes mortales, la DGT ha propuesto intensificar la vigilancia del uso del cinturón de seguridad a través de cámaras, una medida actualmente en despliegue.
Contra el riesgo de colisiones frontales, el organismo propone la ejecución de carreteras ‘2+1’, con un carril más en determinados tramos, y la racionalización de los tramos donde el adelantamiento está permitido: “Vamos a analizar los tramos de carretera con criterios técnicos actualizados para hacer más seguros los adelantamientos”, afirma Jaime Moreno, subdirector general de Gestión de la Movilidad de la DGT.
Ciclistas.
Para mejorar la convivencia entre conductores y ciclistas, está la vigilancia especial del cumplimiento de la distancia lateral en adelantamientos a bicicletas. “Esta es una de las medida estrella. Vamos a intensificar la vigilancia, aérea y con los agentes de la Agrupación de tráfico de la Guardia Civil en las zonas de alta presencia de ciclistas y en general para todos los usuarios de las vías”, apunta Javier Villalba, jefe la Unidad de Ordenación Normativa de la DGT. También continuará la señalización de los itinerarios frecuentados por ciclistas, un trabajo que se viene realizando desde 2016.
Datos recientes sobre siniestralidad señalan que un 12% de los conductores de turismos en España han consumido alguna droga ilegal, alcohol o ambos antes de ponerse al volante.
Por este motivo, la DGT está diseñando una acción específica para atajar este grave problema que afecta a la seguridad en las vías. Consistirá en una evaluación psicofísica inicial para conocer el tipo de trastorno del conductor. En caso de apreciarse dificultades para separar consumo de alcohol y drogas de la conducción, el infractor recibirá un curso terapéutico-educativo. En cambio, en los casos de abuso y dependencia de alcohol y otras drogas, el conductor pasará a la Sanidad Pública para rehabilitación de adicciones y solo podrá volver a conducir cuando termine el tratamiento.
“Los actuales cursos de reeducación son insuficientes frente a los conductores con problemas de alcohol y drogas. Estamos trabajando en programas que supongan otras alternativas para prevenir la reincidencia en comportamientos de riesgo. Es precisa una evaluación que determine el tipo de trastorno del conductor”, explica Mónica Colás, subdirectora general de Políticas Viales de la DGT.