Balizamiento antiniebla 'inteligente'
- Este sistema ayuda al conductor a circular con visibilidad inferior a 40 metros
03 abril 2018
Lugo es la provincia en la que en febrero de este año se instaló el primer tramo experimental (500 metros) con balizamiento “inteligente” antiniebla diseñado por la DGT y que se ha inaugurado recientemente, el 25 de abril, después de ese mes de prueba. El tramo escogido se encuentra en la autovía A-8, la Autovía del Cantábrico, entre Mondoñedo y Abadín, en el Alto Fiouco. En esta vía se producen “determinadas condiciones meteorológicas consistentes en niebla excesivamente densa que obligan a cortar la circulación por ella con bastante frecuencia”, aclara Paula Yubero, jefa provincial de Tráfico de Lugo.
Desvío Automático
(Pinche en la imagen para acceder a la infografía)
Si seguimos el código de color que se utiliza para medir las dificultades para la circulación que puede ocasionar la niebla (ver infografía), entre septiembre de 2014 y diciembre de 2016 estuvo unos 35 días en nivel rojo (con una visibilidad inferior a 40 metros) y 88 días en nivel negro, es decir, cerrada.
El tipo de niebla que se produce en este entorno se caracteriza por variar la distancia de visibilidad de forma muy rápida. Para Pedro Tomás Martínez, jefe del Área de Gestión de la Movilidad de la DGT, “esto dificulta la tarea de la conducción segura a lo largo del tramo en condiciones de muy baja visibilidad, lo que exigía cortar la carretera y desviar el tráfico a otras vías con menos niebla”. Asimismo, la operación de corte y desvío del tráfico entrañaba serios peligros para el personal que lo llevaba a cabo en el lugar. Gracias a esta obra, ejecutada con presupuesto de la DGT, “ahora es posible efectuar el desvío de manera automática, sin intervención de personal in situ, todo gestionado desde el Centro de Gestión de Tráfico de la DGT en A Coruña, con criterios objetivos cuando se detecta niebla que reduce la visibilidad a 40 metros”, explica Pedro Tomás.
Este desvío automatizado ha conseguido “objetivizar, securizar y agilizar las tareas de corte y desvío, de manera que el tiempo que la autovía permanece cerrada es mucho menor, ya que no se requiere desplazar efectivos a la carretera ni desplegar elementos físicos para efectuar el corte”, asegura Pedro Tomás. Así, la carretera permanece abierta un 44% de tiempo más que en la situación anterior a la implantación del sistema de la DGT, ajustándose en un 88% (antes sólo lo hacía en un 43%) al tiempo que la visibilidad es menor de 40 metros.
Pionero en Europa
Tras el análisis de estos registros, el siguiente paso ha sido lograr tener operativa la A-8 más horas al año y minimizar las horas de corte.
Para ello, y de modo experimental y pionero en Europa, se ha diseñado un balizamiento antiniebla que busca ayudar al conductor a conducir en situaciones de niebla densa con visibilidad entre 30 y 40 metros. Este sistema garantiza que los conductores puedan circular con seguridad con esa densidad de niebla.
El sistema consiste en distribuir parejas de balizas luminosas específicas (una en la mediana y otra en el borde), colocadas cada 50 metros a lo largo de la carretera, dividiéndola en cantones, al estilo de la señalización ferroviaria.
Las balizas disponen de una luz ámbar fija que guía al conductor permanentemente y otra luz roja que sólo se activa cuando se detecta el paso de un vehículo. Los vehículos, según van avanzando, se encontrarán luces rojas encendidas cuando en los siguientes 50 metros haya un vehículo circulando por delante de él. Las balizas tratan, de algún modo, de anticipar al conductor la percepción de la luz antiniebla trasera del vehículo que le precede.
De este modo, los conductores están avisados de que deben moderar la velocidad y extremar la precaución, y se garantiza, así, una circulación segura bajo unas condiciones meteorológicas excepcionales.
Así funciona
(Pinche en la imagen para ver el vídeo)
Hay niebla cuando la visibilidad es inferior a 2 kilómetros. Si la niebla es muy densa, la visibilidad puede verse reducida a unos pocos metros. Para medir el nivel de visibilidad se utiliza un instrumento denominado visibilímetro. Este consta de un transmisor que emite impulsos de luz y de un receptor que mide la parte dispersa del haz de luz, según se refleje en la atmósfera y que depende del número y el tamaño de las partículas que hay en el aire. Después, otro dispositivo, la unidad de control, procesa esta información y la transforma en metros de alcance visual.