¡Ya soy mayor! ¡Quiero una moto!
- Cuando un hijo o hija nos pide una moto, mejor apostar por el diálogo y evitar el conflicto
17 diciembre 2020
En 2019, más de 20.000 jóvenes de 15 a 24 años obtuvieron el permiso para conducir ciclomotores (AM) y más de 37.000, el carné para moto (A1, A2 y A). Ese mismo año, de las 466 personas que perdieron la vida en la carretera mientras conducían una motocicleta o un ciclomotor (el 27% del total de las víctimas mortales de ese año), 50 tenían menos de 24 años: 16 iban en ciclomotor y 34 en motocicleta.
Es posible que sean estas cifras las que tienen en la cabeza muchas familias cuando un hijo o hija adolescente les plantea que quiere una moto. Porque para un joven, tener una moto significa muchas cosas.
Según la pedagoga de la DGT María Cruz García Egido, les da “autonomía, liderazgo, atractivo y, en algunas ocasiones, les facilita un poquito la vida”. En cambio, para las familias, la situación es otra. Por un lado, está el desembolso económico que supone adquirir un nuevo vehículo (compra, mantenimiento, combustible, seguro obligatorio, etc.). Por otro, los riesgos viales que se asumen y que se traducen en noches en vela, preocupación, alguna bronca...
Apostar por el diálogo
¿Qué hacemos si nuestro hijo o hija plantea que quiere una moto? Según García Egido, ante todo, debemos “evitar el conflicto, generar diálogo y racionalizar con ellos la necesidad de tener un vehículo propio”. Dos preguntas se vuelven fundamentales, apunta la pedagoga: ¿Necesita la moto? ¿Está preparado para tenerla?
La experta de la DGT insiste especialmente en esta última pregunta porque los padres, que conocen a sus hijos, deben determinar si tienen suficiente madurez para asumir la responsabilidad de ir en moto. “A muchos jóvenes –agrega– les falta madurez. La percepción del riesgo es también aprendizaje y tiene mucho que ver con el ensayo-error. Los jóvenes tienen una percepción del riesgo como ‘la del dibujo animado’, creen que nunca va a pasar nada, como a esos dibujos a los que les aplasta una apisonadora y luego se levantan igual que antes”.
“Cómprame una moto”
Ayudar a las familias y a los futuros motoristas es el objetivo del libro “Cómprame una moto” que ha escrito Ibon Arbaiza. Motero desde hace años, quiso poner por escrito la respuesta que va a dar a sus hijos, aún pequeños, cuando le pidan una moto. Cree que “entre decir no y comprarla sin más y cruzar los dedos, los padres tenemos mucho que hacer”. El resultado es este libro, de unas 500 páginas, que se publicó en 2019, y que se puede descargar gratuitamente.
En España, el permiso para poder conducir una moto o un ciclomotor está dividido en cuatro categorías. Se hace de forma escalonada en función de la potencia de la moto y la experiencia del piloto.
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AM: ciclomotores (vehículos de hasta 50 cc de cilindrada que no superan los 45 km/h). Se obtiene a partir de los 15 años, y tras pasar unos exámenes.
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A1: motocicletas con una potencia máxima de 11 kW (15 CV). Hay que tener 16 años cumplidos, aunque los conductores que cuenten con 3 años de experiencia en el carnet B pueden conducir este tipo de vehículos.
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A2: motos con una potencia máxima de 35 kW. La edad mínima para obtenerlo es de 18 años cumplidos.
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A: permite conducir cualquier tipo de motocicleta y triciclos de motor. Es necesario tener 20 años (21, para los triciclos de más de 15 kW) y una antigüedad de 2 años del A2.
La versión de la revista en papel contine un error al explicar el carné A1. No son 2, sino 3 los años de antigüedad del carné B que habilitan para conducir motocicletas A1.