Gestos que protegen el medioambiente
- Según Eurostat, España aumentó un 7,4% sus emisiones de CO2 el año pasado, el cuarto mayor incremento de todos los Estados miembros de la UE
05 junio 2018
En diciembre de 1972, la Asamblea General de Naciones Unidas designó el 5 de junio como Día Mundial del Medioambiente. Este día y no otro en recuerdo de la Conferencia de Naciones Unidas por el Medio Ambiente Humano, que se celebró en Estocolmo en 1972 y que llevó a la creación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Crecen en España las emisiones de CO2
Cada año, el Día Mundial del Medioambiente se organiza en torno a un tema y sirve para centrar la atención en una cuestión particular apremiante. El tema de este año, Sin Contaminación Por plástico, hace un llamamiento a la población de todo el mundo en favor de un planeta Sin contaminación por plásticos. Y respecto a lo que compete a las emisiones derivadas del tráfico rodado recordamos los últimos datos publicados por la oficina de estadística europea Eurostat, según los cuales nuestro país aumentó un 7,4% sus emisiones de CO2 el año pasado, el cuarto mayor incremento de todos los Estados de la UE.
El resto de países que más aumentaron sus emisiones fueron Malta (+12,8%), Estonia (+11,3%) y Bulgaria (+8,3%). Sin embargo, España, en términos absolutos, es uno de los seis grandes contaminantes de Europa. Entre estos también se integran Alemania (que emite el 23% de todas las emisiones de la UE), Reino Unido (11,2%) Italia (10,7%), Francia (10%) y Polonia (9,8%). En 2017, las emisiones totales de España supusieron un 7,7% del total del conjunto comunitario. El conjunto de los países de la Unión, que en 2016 habían conseguido reducir sus emisiones de CO2 un 0,4%, las han aumentado este año hasta un 1,8%. Y tan sólo siete países han conseguido reducir individualmente las suyas: Finlandia (-5,9%), Dinamarca (-5,8%), Reino Unido (-3,2%), Irlanda (-2,9%), Bélgica (-2,4%), Letonia (-0,7%) y Alemania (-0,2%).
Como conductores también podemos contribuir a la calidad ambiental con 3 gestos:
A la hora de comprar un vehículo, opte por un vehículo limpio
Además de subvenciones a la compra de vehículos híbridos y eléctricos podrá beneficiarse de otras ventajas, como poder circular por el carril Bus VAO o por el centro de las ciudades. Para ello la DGT ya está distribuyendo distintivos ambientales, siguiendo la clasificación de los vehículos consignada en el registro nacional de la DGT. Ahora también para motos (pinche en la imagen para acceder a la información).
Conduzca de manera eficiente
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), aplicar unas sencillas técnicas de conducción puede suponer un 15% de ahorro en carburante y, por lo tanto, también de las emisiones de CO2.
-
Puesta en marcha: A la hora de arrancar, por ejemplo, arranque el motor sin pisar el acelerador. Iniciar la marcha inmediatamente después del arranque. Y, en motores turboalimentados, esperar unos segundos antes de iniciar la marcha.
-
Primera marcha: Usarla solo para el inicio de la marcha. Cambiar a segunda a los 2 segundos o a los 6 metros aproximadamente.
-
Aceleración y cambio de marchas: Según las revoluciones: en motores de gasolina, entre las 2.000 y 2.500 rpm. En motores diésel, entre la 1.500 y 2.000 rpm. Según la velocidad: a 2ª marcha, a los 2 segundos o 6 metros; a 3ª marcha, a partir de los 30 km/h; a 4ª marcha, a partir de los 40 km/h; a 5ª marcha, a partir de los 50 km/h. y a 6ª marcha, por encima de los 60 km/h. Acelere tras la realización del cambio.
-
Utilización de las marchas: Circular lo más posible en las marchas más largas y a bajas revoluciones. En ciudad, siempre que sea posible, utlizar 4ª y la 5ª marcha, respetando siempre los límites de velocidad.
-
Velocidad de circulación: Mantenerla lo más uniforme posible, buscar fluidez en la circulación, evitando los frenazos, acelerones y cambios de marcha innecesarios.
-
Deceleración: Levantar el pie del acelerador y dejar rodar el vehículo con la marcha seleccionada en ese instante. Frenar de forma suave con el pedal del freno. Reducir de marcha lo más tarde posible, con especial atención en las bajadas.
-
Detención: Siempre que la velocidad y el espacio lo permitan, detener el coche sin reducir previamente la marcha.
-
Paradas: En paradas prolongadas (por encima de los 60 segundos), es recomendable apagar el motor.
-
Anticipación y previsión: Conducir siempre con una adecuada distancia de seguridad y un amplio campo de visión que permita ver 2 ó 3 vehículos por delante. En el momento en que se detecte un obstáculo o una reducción de la velocidad de circulación en la vía, levantar el pie del acelerador para anticipar las siguientes maniobras. La anticipación nos permitirá advertir con suficente antelación los imprevistos que puedan surgir en la vía.
No utilice el coche para todo
Los 12 principales sistemas de bicicletas compartidas de Europa aportan beneficios para la salud y la economía. Actualmente, el paso a la bicicleta compartida por parte de personas que antes viajaban en coche ya permite evitar cada año cinco muertes y ahorrar 18 millones de euros.
En el caso que todos los viajes hechos en los sistemas de bicicletas públicas fueran de exconductores de coche, se evitarían 73 muertes al año y se ahorrarían 226 millones de euros. Son las conclusiones de un nuevo estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación Bancaria ”la Caixa”.
La huella ecológica es un indicador biofísico de sostenibilidad que trata de calcular este impacto humano y se define como "la superficie ecológicamente productiva necesaria para producir los recursos consumidos por un habitante medio de la sociedad analizada, así como la necesaria para absorber los residuos que genera". Esta incluye bosques, tierras cultivadas, pastos, mar productivo, etc. y se mide en hectáreas globales (hag).
El transporte es, según un informe del Ministerio de Medio Ambiente, el segundo componente más importante de la huella ecológica (23,4%) solo por detrás de la fabricación de bienes de consumo. Los ciudadanos podemos reducir nuestro huella ecológica; por ejemplo, modificando nuestra forma de desplazarnos, utilizando más los transportes públicos o el tren o la bicicleta frente al transporte privado, o conduciendo de forma menos agresiva, adecuando la velocidad a los límites o al tráfico existente, circulando sin frenazos ni acelerones, comprando vehículos más respetuosos con el medio ambiente.