¡Fiestas: cuidado con alcohol y drogas!
- En épocas festivas, con numerosas celebraciones y reuniones, hay que prestar especial atención a algunos hábitos
17 diciembre 2014
Los efectos de alcohol y drogas sobre la conducción son diversos y muy marcados, en especial sobre la visión (es más fácil ser deslumbrado por las luces del vehículo en sentido contrario), y conducta (baja percepción del riesgo). En invierno, con menos horas de luz, la visibilidad es peor y las condiciones climatológicas suelen exigir toda nuestra atención. En estas circunstancias, conducir tras consumir alcohol y/o drogas es una temeridad. Cualquier frecuencia de consumo se asocia a este riesgo.
En las celebraciones y fiestas es frecuente que algunas personas alarguen sus veladas hasta altas horas de la noche. Conducir con sueño y fatiga es un riesgo para todos. La fatiga y falta de sueño se restablecen descansando y durmiendo. Ningún estimulante es capaz de revertirla; quizás pueda enmascararla, pero es un engaño. Y alcohol y drogas tienen importantes efectos sobre el sueño. En ocasiones para poder dormir bien hay que empezar prescindiendo del alcohol y drogas. También podríamos incluir el exceso de comida. Si es inadecuado conducir con hambre por el riesgo de que los niveles de glucosa desciendan demasiado y seamos incapaces de reaccionar a las necesidades del tráfico, conducir tras una comida copiosa puede ser igualmente difícil, por la dificultad para concentrarse, etc, máxime si se han ingerido bebidas alcohólicas.