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“” MARTA Y ANNA SUÑÉ                                                                MIREIA SANZ

 “No fui su hermana, fui su                                         “Hay que ayudar a los
 asistente personal”                                                familiares”

   En julio de 1989, Marta tenía 18 años. Su hermana Anna, de 19    Mireia tenía 25 años, era viernes por la tarde, iba de paquete
   años, sufrió un accidente de tráfico un sábado por la noche.     en una moto. Al adelantar a un camión se encontraron de
   Cuando los médicos les explicaron que iba a depender de los      pronto con el tráfico parado y colisionaron contra un turismo.
   demás para todo, desde comer, a vestirse o caminar, la primera   “Salí despedida –cuanta Mireia–. Y me rompí dos vértebras”.
   reacción de Marta fue negar: “No puede ser. Voy a hacer todo     Aclara que llevaba puesto y abrochado el casco. Nunca per-
   lo que pueda para que no sea así”. Y se volcó. Todo lo que ha-   dió el conocimiento y, desde el primer momento, se dio cuen-
   cía era con y para ella. Relata el proceso: “Nos fuimos a vivir  ta de que no podía mover las piernas. A los sanitarios que le
   juntas. Busqué trabajo. Estudiaba –iba fatal– por las noches.    atendieron ya les preguntó si se iba a quedar en silla de rue-
   Conseguí que mi hermana también estudiara en el mismo cen-       das, y desde los primeros minutos ya pensó en lo que iba a
   tro. Impliqué a nuestros amigos que nos llevaban y traían. Des-  dejar de hacer. Mireia sigue recordando: “Me pase casi un
   pués me compré una furgoneta y era yo la que conducía”. Y re-    mes y medio en el hospital y otros diez más en rehabilitación
   sume: “Ella y yo siempre juntas. Íbamos a la par. Teníamos la    y salí en silla de ruedas. Primero ves la vida en negro, luego
   misma vida”. Pero empezó a sentirse triste, sin saber por qué.   pasas al gris y terminas viéndola en colores”.
   Pidió ayuda a un psicólogo que le dijo que tenía que tener vida  Enfatiza que tuvo que empezar de nuevo. Dejó de estudiar,
   propia. Aquel diagnóstico no le gustó. Le pareció egoísta, por-  se quedó sin pareja, sin trabajo... Y gracias a la ayuda (mo-
   que ella se sentía responsable de la vida de su hermana, de      ral y económica) de sus padres y de la familia, todo comen-
   que fuera normal.                                                zó a funcionar. Por su carácter y su forma de ser, señala que
   Pero ninguna de las dos eran felices. Poco a poco las cosas      ella, aunque sí tuvo acceso a un psicólogo, “casi no fuí a
   cambiaron. Marta conoció a un chico, se casó, y comenzó a vi-    consulta”. Opina que a los que hace falta ayuda e informa-
   vir. Dejó de ser el asistente personal de Anna, para comportar-  ción es a los que ella denomina ”víctimas colaterales”, los
   se como lo que era: una hermana. Por su parte, Anna también      familiares de las víctimas. “Mis padres estaban hundidos y
   dice que “llegó a ser una situación incómoda; tuve que espa-     yo en el hospital; ellos se tuvieron que encargarse de un
   bilar y dejar de tener un papel pasivo y depender de su fami-    montón de papeleo y todo dando palos de ciego. Estuvieron
   lia”. Hoy vive sola, trabaja, viaja... “cuando puedo”. Aunque,   muy perdidos”.
   cuando se para a reflexionar, sigue pensando que “todo sería
   más fácil si se hubiera evitado
   aquel accidente que le cambió
   la vida”.

da de su red social, la nueva situación  EL 10% DE LOS              principalmente, de violencia de gé-
y sufrén estrés postraumático”.          AFECTADOS                  nero. “Ahora van a dar también asis-
                                         (VÍCTIMAS O                tencia a las de accidentes de tráfico
  Por eso la importancia de la ayu-      FAMILIARES)                donde haya habido heridos o falleci-
da psicológica. Administraciones,        SUFREN ESTRÉS              dos y se sospeche que se ha producido
instituciones y asociaciones lo saben    POSTRAUMÁTICO              como consecuencia de un delito”, in-
y están poniendo en marcha iniciati-                                dica Belén Órdoñez, de la Dirección
vas que eviten o reduzcan las secue-                                General de Relaciones con la Admi-
las. Un ejemplo lo tenemos en las                                   nistración de Justicia. Ubicadas en
Oficinas de Asistencia a las Vícti-                                 los juzgados de algunas provincias,
mas, dependientes del Ministerio de                                 su objetivo es asistir a lo largo del
Justicia, que hasta ahora estaban                                   proceso penal los trastornos psico-
dedicadas a la atención de víctimas,

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