Page 48 - Revista Tráfico y Seguridad Vial num {Título del PDF }
P. 48
Esta diligencia, del tipo galera, transportaba viajeros. La tartana era un tipo de transporte para recorridos más cortos.
da, el vehículo normal hasta 30 millas LOS VIAJES SE ¡Qué precios!
antes de llegar a Madrid”. HACÍAN EN
DILIGENCIA Y SE ¡Cómo han cambiado los precios! An-
Por la guerra –cuenta Blanco–, “el TARDABA DOCE dersen cuenta que, en Cartagena (Mur-
único camino para ir a Andalucía era DÍAS DE MADRID A cia), “por todo, comida y alojamiento,
a través de Extremadura”. También SEVILLA pagábamos dieciséis reales diarios (4
había tramos que se evitaban por pesetas): unos nueve marcos dane-
los bandoleros. Hans Christian An- ger –que también visitó el autor–, ses”. Dumas, por su parte, cuenta
dersen atravesó España en 1866 y donde “no podía pensarse ir en co- cuánto costaba una cena en Ocaña y
dejó sus impresiones en el libro che, pues aquí no había tal. Las ca- de qué se componía: “La cena de Oca-
“Viaje por España”. Andersen lles de Tánger evocan el cauce seco ña (…) componíase de una sopa aza-
cuenta que “La zona, desde Alicante de un río cuyo fondo estuviese cubier- franada, un poco de vaca, y un pollo tí-
hasta Murcia y desde allí hasta Car- to de piedras, escombros y basuras” y sico, a cuya derecha brillaba uno de
tagena, tenía tan mala fama como los la carretera “si es que podía llamár- esos platos de garbanzos, de los que
montes de Sierra Morena”. sele tal, evocaba la estrecha senda de ya he tenido el honor de hablaros; a cu-
un páramo”. ya izquierda humeaba un plato de co-
Por ello, en tramos como de Má- les, de las que no os hablaré cierta-
laga a Granada, a la diligencia se El polvo es un tema recurrente en mente. La cena terminaba con una de
unían soldados armados para “velar los viajeros. Andersen cuenta que la esas ensaladas imposibles y que nadan
por nuestra seguridad, por el trecho diligencia de Barcelona “venía llena en el agua; cuando estos diferentes ob-
más solitario”. ¿El motivo? “Aún no de barro y polvo; parecía el fantasma jetos hubieron desaparecido, yo me
había transcurrido un año desde que del coche que habíamos visto dos días volví hacia el mozo.
aconteciera el último asalto, actual- antes. Los caballos chorreaban agua –¿Con que es decir que no hay más?...
mente no se hablaba de otra cosa”. y la carrocería venía macadamizada pregunté.
de polvo. Los pasajeros descendían –Nada, señores, nada, respondió.
CARRETERAS POLVORIENTAS. como pacientes de un hospital, el pol- –¿Y cuánto importa esta excelente ce-
vo colgándoles del cabello...”. na?...
En época de Felipe V, Carlos III y –Tres pesetas, señor, respondió Jocris-
Fernando VI se proyectaron la ma- se”.
yoría de las carreteras generales. Y
de 1814 a 1829 se construyó, mejoró Las carreteras eran polvorientas y los viajes, largos y pesados.
y completó gran parte de la actual
red de carreteras, invirtiendo cerca
de 63 millones de reales de vellón
(96.000 €). Pese a ello, caminos y ca-
rreteras presentan un estado des-
igual. Según Andersen, la carretera
hacia Elche (Alicante) “era tan an-
cha que diez diligencias, una junto a
otra, podrían correr por ella; pero a
trechos estaba empedrada y lisa y, a
trechos, sumamente accidentada. El
camino iba de mal en peor; concorda-
ba con las peores descripciones que
uno hubiese leído acerca de las carre-
teras españolas. Era exactamente co-
mo rodar sobre millas de pantano de-
secado”. Y describe la que llegaba a
Valencia desde Barcelona como “or-
lada de zanjas”.
Por no hablar de zonas como Tán-
48TRÁFICO Y SEGURIDAD VIAL Nº 215 / 2012