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1 No guardar la distancia de seguridad
Riesgo de alcance al reducirse la distancia
de frenado.
Para saber que mantiene una separación
adecuada, busque un referencia (árbol, se-
ñal…); cuando el coche que va delante pa-
se por ella cuente: mil-ciento uno, mil-cien-
to dos. Si usted aún no ha llegado a ese
punto mantiene correcta la separación; si lo
ha sobrepasado, va muy cerca, auméntela.
2 No respetar los pasos
para peatones
Atropello a los viandante que se sienten
confiados porque en ese lugar tienen
prioridad de paso.
Respete la preferencia del peatón. Y
cuando usted tenga la condición de pe-
atón, cerciórese antes de cruzar de que
el conductor le ha visto y está amino-
rando la velocidad para detenerse.
4 Malas posturas al volante
Ir pegado al volante impide manejarlo
bien y existe riesgo de lesiones en la
cara si se activa el airbag. Alejarse de-
masiado del volante, agarrarlo por el in-
terior o ir con el codo en la ventanilla,
aumenta el tiempo de reacción.
Lo correcto: manos en el volante a las
10:10, respaldo ligeramente inclinado,
cabeza centrada en el reposacabezas (a
la altura de los ojos) a 5 cm de distancia,
brazos y piernas algo flexionados.
ROBERTO RAMOS
Especialista en Seguridad Vial de la Confederación Nacional de Autoescuelas
“Un riesgo que no se percibe,
no existe”
Los conductores, y en
general el ser humano
cuando realiza una ta-
rea repetitiva, adquiere ex-
periencia pero también ru-
tina. La rutina crece más
deprisa que la experiencia y teniendo en
cuenta que los actos rutinarios son aquellos tancia más se produce el cuasi accidente, o
3 No señalizar las
maniobras
Riesgo de colisión con otros usuarios
que ignoran si vamos a girar, cambiar
de carril, adelantar….
Señalice siempre las maniobras con
suficiente antelación (el intermitente
no da ni quita preferencia). Y recuerde
la principal regla de seguridad: obser-
var, señalizar, ejecutar.
que realizamos una y otra vez, repetidamen-
te, sin que haya aprendizaje entre ellos… in-
dica que podemos circular durante mucho
tiempo repitiendo determinados actos, to-
mando determinadas decisiones, etc., sin
que se produzca ninguna situación de riesgo
que perciba el conductor y sin que se pro-
duzca aprendizaje y, por tanto, experiencia
positiva. No obstante, el riesgo existe y en el que no pase nada; no señalizar… y no pasa
momento en el que se suma alguna circuns-
Nº 228 / SEPT-OCT / 2014 35
JOSÉ IGNACIO LIJARCIO
Director de Proyectos de Fesvial.
“El exceso de confianza
nos hace cometer errores”
- ¿Cuáles son los prin-
cipales errores de los
conductores?
- El exceso de con-
fianza y la baja per-
cepción del riesgo lle-
va a ‘relajarse al vo-
lante’ y que surjan las
distracciones, a que cambiemos con me-
nor frecuencia de marchas, que no se-
ñalicemos los cambios de dirección, que
no utilicemos los sistemas de retención
en trayectos cortos, que nos relajemos
en la postura correcta y en la ergonomía,
que aumentemos la velocidad, que apu-
remos la detención en semáforos…
- ¿Errores por desconocimiento o son in-
tencionados?
- A no ser que se trate de un conductor
multi-reincidente, que son una minoría,
no hay verdadera intención de cometer
esos errores; pero se repiten a diario y,
como en general ‘no pasa nada’, ni acci-
dente ni sanción, llegamos a convencer-
nos de que no hay peligro, de que con-
ducimos de forma segura. Otras veces,
el riesgo se percibe correctamente, pero
aun así, el conductor lo acepta volunta-
riamente, exponiendo su vida y la de los
demás a un accidente probable.
- ¿Cómo minimizar el riesgo en la con-
ducción?
- Es importante cumplir las normas, res-
petar a los demás y conducir con solida-
ridad, tolerancia y empatía. Debemos to-
mar conciencia de que, aunque tenga-
mos experiencia al volante, el riesgo
siempre está presente porque las cir-
cunstancias del tráfico no las tenemos
bajo control. Y es importante informar y
concienciar de que esas acciones, que
parecen no implicar riesgo y que consi-
deramos tener bajo control, pueden oca-
sionar graves consecuencias.
bien, el accidente directamente.
En definitiva, muchas de las situaciones de
riesgo que rodean al conductor por el mero
hecho de conducir un vehículo no son perci-
bidas, bien por falta de formación, por falta de
información, por falsas creencias o normas
informales, de ahí que podamos ir incorporan-
do acciones como coger el teléfono móvil… y
nada; circular a velocidad inadecuada… y
que no pase nada. Hasta que ocurre.