Veinte años avanzando en la seguridad
- Las instalaciones del Centro de Seguridad de Volvo permiten recrear innumerables accidentes de tráfico y pruebas en condiciones muy cercanas a la realidad
22 diciembre 2020
En Suecia, en el año 2000, echó a andar el Centro de Seguridad de Volvo con el objetivo de reducir las consecuencias de los accidentes de tráfico. Veinte años y muchas investigaciones después, la meta sigue siendo la misma, tal y como señala Thomas Broberg, uno de los ingenieros más veteranos de seguridad de Volvo: "Reducir el número de víctimas en accidentes de tráfico a escala internacional".
Broberg también explica que el compromiso de la marca "con la seguridad consiste en averiguar cómo y por qué se producen los accidentes y las lesiones para después desarrollar la tecnología que contribuya a prevenirlos".
Dos pistas para recrear los accidentes
El laboratorio de crash test del Centro de Seguridad de Volvo es una instalación polivalente que permite recrear innumerables accidentes de tráfico y realizar pruebas que van más allá de la normativa. Tiene dos pistas de pruebas, una de 108 metros y otra de 154. La primera, la más corta, es móvil y se puede ajustar a un ángulo de entre 0 y 90 grados, lo que permite realizar pruebas de colisión a distintos ángulos y velocidades o simular un choque entre dos vehículos en movimiento. Incluso es posible hacer que los vehículos choquen a velocidades de hasta 120 km/h.
Fuera también hay un espacio para realizar otras pruebas, por ejemplo, de colisión con vuelco y de salida de la calzada (vehiculos lanzados a una zanja a alta velocidad). En ellas, los equipos de rescate pueden poner en práctica sus habilidades (por ejemplo, hace unos pocos meses, con la ayuda de una grúa, se dejaron caer vehículos nuevos desde una altura de 30 metros para simular los daños que se producen en las choques más graves).
Muros y sensores
El Centro también cuenta con una nave principal, en la que se recrean diversos impactos frontales, laterales y traseros con el gran muro de más de 800 toneladas que hay instalado. Este se puede mover con la ayuda de colchones de aire. También hay dos docenas de más muros fjios y móviles que sirven para las pruebas de colisión. Uno de ellos, por ejemplo, cuenta con una figura en forma de alce para simular un choque contra estos animales.
Durante todos los crash test, el vehículo, los maniquíes y los muros van equipados con unos sensores que permiten a los ingenieros registrar todos los eventos que suceden de forma detallada. También se utilizan docenas de cámaras de definición ultra alta para grabar la prueba de choque desde todos los ángulos posibles. Antes de realizar una prueba con un coche, el modelo en cuestión que se va a examinar ya ha pasado por numerosos crash test simulados por ordenador.
Parece claro que el futuro de la automoción pasa por la electrificación. Por eso, a medida que se va imponiendo este modo de propulsión, también se van equipando con nuevos equipos las instalaciones del Centro de Seguridad de Volvo para conseguir que estos coches también sean seguros.
Según el ingeniero Thomas Broberg, "sea cual sea la situación, podemos recrearla aquí, en el Centro de Seguridad de Volvo y analizarla en detalle. A mí me resulta muy inspirador constatar que cada hora de pruebas y análisis que invertimos nos acerca más y más a nuestro objetivo de que nadie muera ni resulte gravemente herido".