Coches hidrógeno: 10 cosas que no sabe
- Los coches de hidrógeno tienen más autonomía que los eléctricos, aunque tienen el inconveniente de que son todavía muy caros
28 septiembre 2021
Si los fabricantes de coches tuviesen una bola de cristal que anticipase el futuro, se ahorrarían mucho tiempo y dinero, sobre todo a la hora de planificar los lanzamientos y de centrar sus esfuerzos e inversiones en una determinada tecnología. Pero parece que, además de carecer de esa bola mágica, nunca habían tenido tan complicado conocer el rumbo más acertado que debe tomar la industria de aquí a diez o quince años. Es cierto que los eléctricos ganan poco a poco protagonismo y también que no hay muchas más alternativas de cara al objetivo de 0 emisiones. Sin embargo muchos fabricantes, aunque apuesten por los coches eléctricos enchufables casi obligados, dudan de que realmente sea el futuro por problemas de infraestructura, tiempo de carga y autonomía, al menos en la actualidad.
Con todo, una cosa está clara, la comercialización de coches con motores de combustión ya parece que tiene fecha límite. La Comisión Europea ha adoptado un conjunto de propuestas en el denominado Pacto Verde Europeo en el que se establece que en 2035 todos los vehículos nuevos matriculados serán cero emisiones, adiós a los gasolina, diesel, gas e híbridos. ¿Entonces todos eléctricos?... ¿O quizá no? Porque la tecnología del hidrógeno, gran desconocida del gran público en España, tiene todavía mucho que decir ya que se espera que en 2030 y solo en nuestro país circulen 5.000 vehículos movidos por hidrógeno. Y si las infraestructuras crecen a buen ritmo y desde el Gobierno se impulsa esta tecnología, los expertos aseguran que el coste de un vehículo de hidrógeno podría ser similar al de un diésel.
A continuación respondemos a 10 preguntas clave sobre este combustible.
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¿Cómo funciona? Un automóvil de hidrógeno es un coche eléctrico que fabrica a bordo su propia electricidad cuando el hidrógeno almacenado en tanques de alta presión reacciona con el oxígeno del aire en una minicentral denominada pila de combustible, la pieza quizá más cara e importante de esta tecnología. Del proceso, lo único que sale por el tubo de escape es agua.
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¿Qué marcas apuestan más fuerte? Toyota y Hyundai son las marcas que más apuestan por el hidrógeno a nivel de vehículos de uso particular. Toyota ya comercializa el “Mirai”, que acaba de batir un récord de autonomía al recorrer 1.003 km con una sola carga de 5,6 kg de hidrógeno a alta presión. Y en el caso de Hyundai, ya vende el “Nexo”, además de 46 camiones de hidrógeno que operan al servicio de 26 empresas en territorio suizo; Mercedes, después de abandonar el desarrollo de turismos de hidrógeno por su elevado precio respecto a un eléctrico, tiene ya listo un camión con esta tecnología; Renault, Peugeot, Citroën y Opel preparan una extensa gama de vehículos comerciales de hidrógeno; Honda tiene una gran experiencia en este combustible; BMW lanzará un “X5” de hidrógeno a finales de 2022 y Land Rover prepara un “Defender” movido por este combustible.
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¿Qué futuro tiene? En el mundo de la automoción, a medio y largo plazo el hidrógeno va a ser determinante en el transporte pesado por carretera, en el ámbito de los vehículos comerciales de rango urbano y en los de servicio público como taxis y VTC. El lento crecimiento de una red de hidrolineras a lo largo de la geografía española retrasará la implantación de esta tecnología a nivel de vehículos privados.
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¿Es seguro? Los coches de hidrógeno cuentan con grandes medidas de seguridad, pero, además, el hidrógeno es muy volátil, por lo que en caso de fuga se disiparía con facilidad sin llegar a concentrarse cantidades suficientes de riesgo. El hidrógeno no es tóxico y los modelos comercializados cumplen la normativa y muestran la misma seguridad que un coche gasolina o diésel. Como ejemplo, el Hyundai “Nexo” de hidrógeno tiene 5 estrellas en el crash test de EuroNcap.
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Sus ventajas. De momento y hasta que los eléctricos no ofrezcan más autonomía, un coche de hidrógeno hace más kilómetros con una carga. También emplean mucho menos tiempo que un eléctrico en repostar, ya que tarda entre cinco y ocho minutos en llenar sus depósitos. Sus baterías no necesitan ser tan grandes y pesadas como las de un eléctrico tradicional. Y el hidrógeno tiene una relación poder calorífico/peso más alta que cualquier otro combustible.
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¿Tiene alternativas? La empresa israelí Aquarius Engines ha desarrollado un sencillo motor de un solo cilindro, 20 piezas y 10 kilos de peso que puede funcionar con hidrógeno actuando de generador para cargar las baterías de un coche eléctrico. La clave es que, al no recurrir a la costosa pila de combustible para crear electricidad, se convierte en una alternativa mucho más asequible e igualmente ecológica. Pero el hidrógeno también servirá para convertir los combustibles actuales en combustibles sintéticos o e-fuels fabricados a partir de hidrógeno y CO2 capturado de la atmósfera. Repsol ya trabaja en ello y lo mejor es que se pueden utilizar en los actuales vehículos de combustión, sin cambiar las infraestructuras existentes.
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Inconvenientes. En el lado opuesto de la balanza, el precio, sobre todo respecto a un modelo equivalente de gasolina, ya que ninguno baja de los 65.000 euros sin ayudas. También la escasa oferta de modelos y una red de recarga de hidrógeno aún en pañales. En España existen siete estaciones de hidrógeno, la última abierta en Madrid y la única que lo sirve a 700 bares de presión y con una pureza del 99,9%, pero ninguna es de uso público. El Gobierno ha aprobado instalar una red de cien hidrogeneras públicas para 2030.
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¿Cuánto cuesta llenar el depósito? Hoy por hoy el hidrógeno se vende en las hidrolineras existentes (hidrogeneras habría que llamarle al lugar donde se produce el hidrógeno) a un precio de entre 10 y 12 € /kilogramo. Eso quiere decir que llenar los tres depósitos de un Toyota "Mirai" costaría entre 56 y 67 euros, una cantidad que permitiría recorrer alrededor de 650 kilómetros, que es la autonomía oficial del modelo japonés al homologar un consumo medio WLTP de 0,79 kg cada 100 km. Teniendo esto en cuenta, el coste medio en combustible cada 100 km de un modelo de hidrógeno estaría fijado en alrededor de 9,5 €. Un modelo equivalente de gasolina gastaría unos 7,3 l/100 km y con el precio actual de la gasolina esto tendría un coste de unos 11 €, un ahorro mínimo el del hidrógeno que debería aumentar a medida que haya más demanda.
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¿Y para viajar al extranjero? Europa tenía 200 estaciones de hidrógeno a finales del año pasado, 100 de las cuales se encuentran en Alemania. Francia sigue siendo el segundo en Europa con 34 estaciones operativas, y con 38 estaciones de hidrógeno planificadas actualmente muestra el mayor crecimiento en Europa. Sin embargo, mientras que los otros países europeos se centran en estaciones de repostaje de automóviles de pasajeros de acceso público, la mayoría de las estaciones francesas tienen como objetivo el reabastecimiento de combustible de autobuses y flotas de vehículos de reparto. A finales de 2020, había 275 hidrolineras en Asia, 142 de ellas en Japón y 60 en Corea. Las 69 estaciones chinas de hidrógeno se utilizan casi exclusivamente para el reabastecimiento de combustible de autobuses o flotas de camiones. Y la mayoría de las 75 existentes en América del Norte continúan estando ubicadas en California, con 49 estaciones operativas.
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¿Qué piden los fabricantes? La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) y la Asociación de Transporte Sostenible que integra la cadena de valor del gas y el hidrógeno (GASNAM) han propuesto recientemente al Gobierno que el objetivo de una red mínima de 150 hidrolineras en España (con una distancia máxima entre hidrolineras de 250 kilómetros garantizando el abastecimiento del transporte pesado de larga distancia) se adelante de 2030 a 2025. Este adelanto tendría que ver con una oferta comercial que va a crecer mucho en los próximos años, en especial en el terreno del vehículo comercial ligero y en el pesado de larga distancia. Eso sí, y aquí radica el handicap más importante: los altos costes de instalación de los puntos de 1 a 8 millones de euros. Para ACEA (Asociación de Constructores Europeos de Automóviles) serían necesarias, además, otras 60 hidrolineras para el transporte pesado.