Más seguridad con frío y lluvia
- El neumático de invierno mantiene sus propiedades a la hora de traccionar y circular sobre firmes húmedos y de poca adherencia, pudiendo utilizarse sobre nieve sin cadenas.
14 diciembre 2022
En España no es obligatorio utilizar neumáticos de invierno en la estación fría como en muchos países de Europa. Nuestro clima, más benigno, atenúa el rigor de las malas condiciones climatológicas típicas del invierno que sufren otros países.
Las bajas temperaturas y la lluvia son una constante lejos de la zona mediterránea, y en los países del centro y el norte de nuestro continente, la nieve y el hielo están presentes en sus carreteras durante muchos días en la estación fría.
De ahí la evolución que han alcanzado los neumáticos de invierno para optimizar sus propiedades en firmes con baja temperatura y húmedos y transmitir un mayor agarre y tracción en estas circunstancias.
Y también mejorar la direccionalidad, con una respuesta más firme a las órdenes del volante sobre carreteras de poca adherencia.
Los neumáticos de invierno se diseñan específicamente para circular con seguridad a temperaturas inferiores a 7 ºC, tanto si la carretera está nevada como si no. Y se identifican mediante marcas específicas en el flanco (M+S con montaña de 3 picos o 3PMSF).
Existen neumáticos para situaciones más críticas, denominados ‘nórdicos’, específicos para rodar en nieve, más estrechos de medida y de baja velocidad, muy flexibles. Utilizan un compuesto y un dibujo adaptado a las carreteras con ‘permafrost’ –capa del subsuelo permanentemente helada–.
No son los que utilizamos en España. De hecho, los fabricantes han evolucionado los neumáticos teniendo en cuenta que cada vez nieva menos en todas las zonas. Y que la actual infraestructura de la mayoría de países permite despejar rápidamente las carreteras de nieve y hielo. Por eso, existe una gama que permite acoplarse a llantas de gran tamaño, con gomas muy anchas y un código de velocidad mayor.
En la mayoría de España no se requiere de un neumático especializado de invierno, que haría necesario, para mantenerlos en buenas condiciones, tener dos juegos de ruedas y sustituirlos cada estación, con el coste que supone y el espacio que requiere guardarlos.
Pero si nos movemos habitualmente en zonas frías y muy húmedas, son sin duda muy recomendables por seguridad. Además, con neumáticos de invierno no hace falta poner cadenas. Y así lo recoge el reglamento de circulación.
Los neumáticos de verano son significativamente menos eficaces cuando baja la temperatura. El descenso de las temperaturas provoca que el caucho se endurezca y pierda sus propiedades, mientras que los neumáticos de invierno, diseñados para las exigencias de la conducción invernal, se fabrican con materiales que se adaptan al frío, con un caucho flexible y bandas de rodadura más profundas.
Neumáticos todo-tiempo, ‘all season’ o 4 estaciones. Su denominación los define perfectamente. Son neumáticos con características cercanas a los de invierno, pero no tan especializados, con lo que son válidos para todo el año. Así no hace falta utilizar dos juegos de neumáticos, uno para cada estación.
El neumático todo-tiempo se adapta a todas las temperaturas. Cuenta con un compuesto más flexible que el de verano, lo que le permite adaptarse a bajas temperaturas, y un dibujo diseñado para evacuar más agua, además de mayor número de laminillas para funcionar con nieve, permitiendo su uso sin montar cadenas.
Los ‘all season’ no son tan efectivos como los de invierno sobre nieve o suelo húmedo, pero se acerca a estos por tracción y direccionalidad, siempre que las temperaturas no sean excesivamente bajas. Necesitan, eso sí, mayor distancia de frenado en superficies de poca adherencia, pero los parámetros que ofrecen son altos; también en aceleración lateral.
Con temperaturas elevadas ofrecen buena resistencia al desgaste y agarre adecuado, aunque alarga la distancia de frenado frente a los de verano. Pero su evolución ha permitido alcanzar un nivel óptimo en cualquier circunstancia, existiendo ya medidas para casi cualquier vehículo. Su precio es similar al de los neumáticos de invierno.
Los neumáticos de invierno utilizan un compuesto diferente en su construcción. Están formulados para permanecer flexibles incluso a bajas temperaturas, lo que aumenta su agarre en superficies resbaladizas (condiciones húmedas, nevadas o heladas). Por debajo de 7 ºC, el caucho de las bandas de rodadura de los neumáticos de verano se endurece, lo que inhibe su capacidad de agarre. La composición del neumático de invierno le permite permanecer flexible y agarrarse a la superficie de la carretera de forma eficaz.
La banda de rodadura del neumático de invierno presenta un dibujo diferente, con numerosos cortes profundos, conocidos como ‘laminillas’. Estas actúan como ‘garras’ sobre el firme para garantizar un rendimiento óptimo en terrenos secos, mojados, nevados y helados. De hecho, los neumáticos de invierno disponen de 10 veces más de laminillas (hasta 2.000) que uno de verano. Además, su banda de rodadura es un 10% más profunda (por encima de 3 mm), lo que redunda en una mayor flexibilidad en vías resbaladizas. Y, sobre todo, evacúa el agua y la nieve con mayor efectividad.
Además de mayor adherencia para traccionar, los neumáticos de invierno reducen claramente la distancia de frenado.
Según datos del Consorcio Nacio-nal de Industriales del Caucho, en nieve, a 50 km/h, la distancia media necesaria para detener un coche con neumáticos de invierno son unos 32 metros. Mientras con los de verano se necesitan otros 30 metros más.
En asfalto húmedo, con neumáticos de invierno harán falta unos 34 metros de media para detener un turismo. Con los de verano, la distancia se irá hasta 63 metros.
En cuanto a los neumáticos todo-tiempo, en seco y con asfalto húmedo la distancia de frenado se encuentra a media distancia entre los de invierno y los de verano. Sobre nieve se encuentra mucho más cerca del neumático de invierno en la distancia de frenado, muy superior a la de los de verano.
Aún desconocidos para muchos en España, numerosos conductores podrían sacarles realmente provecho y circular de forma más segura en sus recorridos habitua-les durante la estación invernal. Sus ventajas son claras: son más seguros que un neumático convencional con el asfalto por debajo de 7 grados, algo habitual en invierno.
1. En verano, ¿dónde los guardo?
Normalmente el distribuidor que vende los neumáticos, ofrece guardar el juego que se desmonta, en general gratuitamente, como fidelización del cliente. El coste de sustituir los neumáticos de verano por los de invierno y viceversa está en el montaje, desmontaje, equilibrado y sustitución de la válvula, y supone unos 70 euros.
2. ¿Son más caros que los convencionales?
Sí, entre un 2 y 5% más caros, lo cual sin duda no es significativo dadas las ventajas y seguridad que aportan en condiciones de frío y poca adherencia.
3. ¿Hay medidas para cualquier rueda?
La demanda existente en otros países, donde son obligatorios, y el aumento del diámetro de las ruedas en los coches más actuales ha hecho que los fabricantes de neumáticos dispongan casi de las mismas medidas en los neumáticos de invierno que en los de verano.
4. ¿Poseen un código de velocidad diferente?
Mantienen las mismas exigencias de homologación. Pero sí, en determinadas medidas ofrecen un código menor al estar más simplificada la oferta existente, lo que no supone ningún problema legal.
5. ¿Aumentan el consumo de combustible?
El aumento de consumo es prácticamente inapreciable respecto a un neumático convencional.