Tecnología para reducir emisiones
- Da prioridad a ciclistas y autobuses, lo que hace que estos modos de transportes sean más atractivos para los ciudadanos
30 abril 2021
Como muchas ciudades de Europa, Copenhague se esfuerza por ofrecer a sus ciudadanos un lugar donde vivir más respetuoso con el medio ambiente. La ambición de la capital danesa es ser la primera ciudad europea neutra en CO2 para 2025. Dado que el tráfico es responsable del 90% de las emisiones nocivas, las autoridades locales han pedido a la compañía Dynniq que mejore el sistema de gestión del tráfico utilizado en la ciudad, priorizando el transporte público y reduciendo las emisiones de CO2.
Gestión de tráfico inteligente
La plataforma de software utiliza algoritmos de control de última generación para calcular el flujo de tráfico óptimo y determinar cuánto tiempo permenecen en verde los semáforos de la ciudad. Esto reduce el número de veces que los coches están inactivos en una intersección, por ejemplo, o da prioridad a los ciclistas y autobuses, lo que hace que estos modos de transporte "más ecológicos" sean más atractivos para los ciudadanos de Copenhague. Una tecnología, además, que se alimenta en función de la cantidad de datos que recibe. Los ingenieros pueden mejorar continuamente el algoritmo a medida que ocurren más y más situaciones de tráfico y recopilan más datos. Esto significa por ejemplo, que las paradas de autobús y los tiempos de espera se puedan configurar de antemano para que el algoritmo planifique las rutas en este modo de transporte de la manera más eficiente.
Ventajas en Copenhague
La ciudad de Copenhague quiere reducir las emisiones de CO2 del tráfico motorizado y dar prioridad al transporte público. El sistema implantado ya está produciendo importantes mejoras:
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Durante las horas punta (mañana y tarde), la demora promedio (en segundos) ha disminuido un 10% y un 21% para automóviles y autobuses respectivamente.
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Para ciclistas y peatones, la demora promedio ha disminuido en un 5% y un 8%.
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La velocidad media de los coches ha aumentado un 4% y la de los autobuses, un 9%.
La pandemia ha puesto de relieve además una de las ventajas de este sistema. Los ciclos de semáforos tradicionales a menudo funcionan con horarios programados. Imagina su funcionamiento en plena hora punta. El sistema inteligente permite medir el volumen de tráfico en tiempo real y ajustar su funcionamiento continuamente. En el proyecto de Copenhague esto supuso que cuando los ciudadanos tuvieron que quedarse en casa por las restricciones a causa de la pandemia, el volumen de tráfico disminuyó notablemente, pero no fue necesario hacer ningún cambio: el sistema fue lo suficientemente inteligente como para adaptarse a esta situación.