Consejos para el conductor diabético
- La diabetes en determinadas circunstancias –hipoglucemia, deterioro de la visión, retinopatías…– puede afectar a la conducción segura
13 noviembre 2020
Cada 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes, como forma de concienciar a la población en general de los problemas que provoca esta enfermedad, muy extendida. De hecho, hay más de 350 millones de personas que la padecen en el mundo.
Además de su importancia en la salud de las personas, en determinadas circunstancias –hipoglucemia, deterioro de la visión, retinopatías…– puede afectar a la conducción segura.
¿Qué es la diabetes?
La diabetes es una enfermedad crónica que se produce cuando el páncreas no produce suficiente insulina, o cuando el cuerpo no la puede utilizar eficazmente. La insulina es una hormona que sirve para que la glucosa que entra en la sangre, a través de la alimentación, sea trasportada a las células y empleada para la producción de energía energía necesaria para vivir. Si no puede llegar a las células para convertirse en energía, el azúcar se acumula en la sangre hasta alcanzar niveles perjudiciales.
Diabetes tipo I y tipo II
Existen dos formas principales de diabetes. Las personas con diabetes de tipo I generalmente no producen insulina, por lo que necesitan inyecciones de insulina para sobrevivir. Las personas con diabetes de tipo II, que representan el 90% de los casos, suelen producir su propia insulina, pero la cantidad es insuficiente o no la pueden utilizar apropiadamente; por lo general tienen sobrepeso y son sedentarias, dos circunstancias que aumentan sus necesidades de insulina.
Con el tiempo, la hiperglucemia puede poner en peligro a todos los órganos principales del cuerpo y provocar enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos (infartos, obstrucción arterial,..) accidentes cerebrovasculares, neuropatías, insuficiencia renal, o o ceguera.
Diabetes y conducción
Se sabe que algunas enfermedades se asocian a un mayor riesgo de accidente de tráfico y una de ellas es la diabetes. Los conductores que la padecen deben conocer este riesgo y tenerlo en cuenta antes de ponerse al volante. Hay determinadas circunstancias que incrementan el riesgo como son la presencia repetida de hipoglucemias, la retinopatía diabética (que altera la capacidad visual) o la neuropatía diabética, un daño de los nervios que afecta con mayor frecuencia a los nervios de las piernas y de los pies y que puede producir debilidad muscular, dolor y alteraciones de la sensibilidad que dificultan el manejo de los mandos del vehículo.
Los conductores que padecen diabetes que tienen un buen conocimiento de la enfermedad, son capaces de reconocer los episodios de hipoglucemia y saben cómo tratarlos y tienen un buen control de su enfermedad reducen su riesgo de accidente a niveles de la población general. Los médicos encargados del tratamiento y los médicos de los centros de reconocimiento de conductores pueden ser de gran ayuda a los pacientes para reducir el riego enseñándoles a actuar en caso de hipoglucemia, aconsejándoles para prevenir la hipoglucemia al volante y ofreciéndoles consejo para reducir el riesgo en caso de retinopatía (p.e. evite conducir de noche) o en caso de neuropatía diabética (p.e. posibilidad de utilizar pedales adaptados, etc).
• Realiza controles de glucemia antes de iniciar el viaje. No conduzcas si tus niveles de glucosa son demasiado bajos (consulta al médico el nivel de glucemia seguro para conducir)
• Aprende a conocer los síntomas de hipoglucemia y evita las circunstancias que la producen (respeta horarios de descanso, comida y medicación).
• Lleva siempre en el coche alimentos ricos en hidratos de carbono (galletas, caramelos, zumo de fruta, etc.)
• En los viajes, protege tu medicación del frío y del calor.
• Extrema la precaución al conducir tras los cambios de dosis o de tratamiento hasta que no tengas controlados los niveles de glucosa en sangre.