Memorias de África... y solidaridad
- En los maleteros, además de aventura, llevan material escolar, ropa de abrigo, donativos...
09 agosto 2016
Organizados a medida de los que quieren muchas emociones por pocos euros, en los denominados raids 'low cost' lo más importante es que el coche sea barato de adquirir en el mercado de segunda mano y también barato de preparar con lo justo para que no se quede tirado en el primer hoyo. En España, la más exitosa de estas pruebas con un coche que se ajusta punto por punto a ese perfil es la denominada Panda Raid, que recorre alrededor de 4.000 kilómetros, en su mayor parte por Marruecos, y que se celebra anualmente en marzo, con el único objetivo de pasárselo bien, vivir una peripecia como las de antes sin depender de la tecnología y desconectar durante una semana de las tensiones y problemas del día a día.
Huella en el alma
Los participantes en este raid pasan de los –7ºC a los 45ºC en menos de 24 horas, de la nieve al desierto, atraviesan caudalosos ríos de agua e interminables y traicioneros ríos de arena, se las tienen que ver con extensos lagos secos donde la brújula es pieza clave porque no hay ni una sola referencia.
A la vuelta, aunque tardes semanas en perder de vista ese polvo del camino, aunque te hayas quedado tirado 20 veces, aunque hayas comido regular y dormido lo justo, el primer día de vuelt a la rutina ya está echando de menos el impresionante cielo estrellado del desierto, las inolvidables puestas de sol, el cariño de la gente local que se desvive por ayudar, el compañerismo...
La mayoría de estos raids cuentan con un componenete solidario que merece la pena destacar, ya que se anima a los participantes a colaborar con dinero o ayuda humanitaria para muchas zonas especialemnte pobres y abandonadas del centro y sur de Marruecos. En el caso del Panda Raid, colaboran con 20 kilos de material escolar, que se dona a una escuela. En el 4L Trophy, el dinero recaudado entre los participantes se destina a la ONG "Enfants du Desert", cuya misión es escolarizar cada año a 3.000 niños marroquíes.