Con tracción total, ¿moda o necesidad?
- Los expertos indican que es una buena opción para los que circulan habitualmente por zonas con lluvias o nevadas frecuentes
17 diciembre 2019
Son muchos los compradores que cuando llega la hora de cambiar de coche se preguntan si es mejor adquirir un 4x2 o la versión 4x4 –es decir, con tracción total– de un determinado modelo y si, en condiciones climatológicas adversas, le supondrá un extra de seguridad. Además, el segmento de los todocamino encabeza las listas de los modelos más vendidos. Los datos facilitados por ANFAC (Asociación de Fabricantes de Vehículos) sitúan al Nissan “Qasqhai” entre los tres coches con mejores ventas del mercado.
La verdad es que no es muy fácil contestar sin conocer el uso que se le va a dar al vehículo, la zona por la que se va a mover y su presupuesto. Y sin duda hay más dudas desde que los neumáticos de invierno han evolucionado tanto que, en muchas ocasiones y para según qué utilización, se bastan y se sobran en un automóvil con tracción a un solo eje para funcionar mejor cuando baja la temperatura o para avanzar en la nieve.
Ventajas
Pero al margen de que una buena tracción total ayuda en situaciones delicadas, pero también en seco si el coche es potente porque trasmite y reparte mejor la fuerza al asfalto, la tracción 4x4 resulta recomendable para todos aquellos que vivan en el norte de España o frecuenten zonas nevadas o en las que abunden las lluvias. O aquellos que, viviendo en otras zonas menos expuestas a los rigores del invierno, sí que dediquen muchos días al año a subir a la montaña a realizar deportes de invierno o para amantes de la naturaleza que frecuenten esos escenarios.
Un turismo 4x4 se va a comportar mejor en situaciones de baja adherencia que uno con tracción a un solo eje, con una trazada en curva más eficaz, sobre todo a la hora de acelerar al salir de la curva gracias a su mejor motricidad. Y a veces elegir la tracción total en un modelo, supone mejorar también alguna parte técnica del coche, como la suspensión trasera, que pasa a ser de eje multibrazo, que es mucho más eficaz que la que montan los tracción delantera en algunos modelos. Y si el vehículo es un todocamino, dotarlo de tracción total va a permitirle salir del asfalto con garantías para superar caminos o rutas de todoterreno.
Inconvenientes
Por ejemplo, un turismo con tracción total pesa más que otro sin ella, en concreto entre 75 y 100 kilogramos más. Y esto, junto a las pérdidas por rozamiento de los dos ejes cuando se activa, suele incrementar el consumo a veces hasta un litro de media cada 100 kilómetros.
También, un modelo dotado de tracción total suele ser algo más lento en aceleración y recuperación respecto a uno con tracción a un solo eje. Y a veces el sistema resta capacidad de maletero, ya que ocupa más espacio en el eje trasero. El desgaste de las cuatro ruedas es más uniforme y puede ocurrir que cuando se tengan que cambiar haya que hacerlo con las cuatro y no solo con dos. Por último, tener tracción total en nuestro vehículo no va a evitarnos tener que poner cadenas si son obligatorias, ya que estas o los neumáticos de invierno son los únicos que nos van a permitir pasar en zonas con esa obligatoriedad. Sin embargo, un modelo dotado de tracción total y neumáticos de invierno se puede decir que superaría casi cualquier situación complicada con nieve sin tener que poner cadenas.
Conducir un todoterreno con nieve, hielo o lluvia, a pesar de sus características como ruedas especiales, mayor altura y marchas más cortas, también tiene su peligro. Hay que cuidar mucho la ejecución de un vadeo de agua y comprobar antes la profundidad y la calidad del fondo, y como hemos indicado (ver recuadro riadas) lo mejor en situaciones de riadas es buscar itinerarios alternativos. En barro, evite las roderas, ponga marchas cortas y desconecte el ESP. En carretera, por su mayor peso y su centro de gravedad más elevado, hay que prestar especial atención y adecuar la velocidad en curva.