Casco: el otro salvavidas
- En un accidente de tráfico, los daños que se producen en el cerebro son generalmente irreversibles.
19 octubre 2020
Bicicletas y vehículos de movilidad personal (VPM) como patinetes eléctricos, segways, monopatines… son económicos, ligeros, ágiles y respetuosos con el medio ambiente, de conducción accesible, y se han convertido en medios de transporte muy populares en las ciudades. Pero también son vehículos inestables y sus conductores están expuestos a lesiones graves en caso de colisiones y caídas. Por ello, el casco es una de sus principales defensas contra esta vulnerabilidad.
De hecho, las lesiones cerebrales son las más frecuentes entre los ciclistas fallecidos en accidentes de tráfico, una de cada tres lesiones (31% de los casos), según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) del período 2006-2015.
Daños irreversibles. Los investigadores de accidentes de tráfico explican que el cerebro es el órgano más crítico a proteger de traumatismos, debido a que los daños que se producen sobre el mismo, ya sean físicos o psicológicos, son generalmente irreversibles.
"Los cascos se han diseñado para evitar daños por fracturas en el cráneo por impactos severos en la cabeza. Pero desde hace años sabemos que hay otro tipo de daños producidos por rotaciones violentas de la cabeza –por una brusca deceleración, por ejemplo– que pueden producir roturas internas en el cerebro", explica Javier Villacorta, ingeniero experto en seguridad pasiva e investigador de la Fundación para la Investigación y Desarrollo en Transporte y Energía (CIDAUT).
Más ciclistas y patinetes. El Barómetro de la Bicicleta 2019 reveló que nueve millones de personas usan la bicicleta al menos una vez por semana y casi un millón y medio la utilizan a diario, con aumentos destacables en los usos cotidianos respecto a 2017.
También crece el número de usuarios de VPM: la Federación Española de Vehículos de Movilidad Personal (FEVEMP), calcula que actualmente circulan en España alrededor de 650.000 patinetes eléctricos.
Así, este aumento del número de vehículos ligeros en circulación en las ciudades también ha supuesto un incremento de su siniestralidad.
Juan Carlos Gómez, enfermero de emergencias y jefe de Recursos Humanos del Servicio de Atención Sanitaria de Urgencias del ayuntamiento de Madrid (SAMUR), afirma que el número de intervenciones en accidentes de bicicletas y patinetes, tras el confinamiento de la pasada primavera, "subió casi el doble, probablemente debido al repunte en el uso de la bici. Es indiscutible que el casco reduce la gravedad de las lesiones. A determinadas velocidades, puede ser la diferencia entre secuelas permanentes o la muerte".
• Mide el contorno de su cabeza con una cinta métrica, por encima de las cejas. Los fabricantes suelen especificar los centímetros del perímetro craneal para cada talla.
• Cuando te pongas el casco, debe estar ajustado a la cabeza, pero sin 'bailar' ni oprimirla.
• Ajusta las correas alrededor de las orejas. También bajo la mandíbula, de forma que pueda abrir la boca con cierta resistencia.
• Si usas gafas, ponte antes el casco y ajústalo para que las patillas queden por encima de las correas: si sufres una caída, las gafas saldrán despedidas y no podrán dañarte la cara y los ojos.
Aunque todos los cascos homologados cumplen unos estándares mínimos de seguridad, existen dos grandes familias de cascos para ciclistas y VMP, cada uno con características propias:
• ABS. Carcasa de plástico duro ABS. El 'corcho' interior es poliestireno expandido (EPS) grueso. Casco cerrado, redondo y sin aberturas, con menos ventilación.
• Policarbonato. Carcasa de policarbonato unida al EPS interior por presión y temperatura. Más ligero y ventilado. En igualdad de peso, absorben mejor los impactos.