Tractores: más paciencia y seguridad
- Sólo los grandes, y si tienen una autorización complementaria, pueden circular por vías rápidas
20 junio 2024
Los titulares de los medios de comunicación nos han mostrado en los primeros meses de este año a los tractores agrícolas en medio de una oleada de reivindicaciones económicas y sociales. De no ser por esta coyuntura, estos vehículos apenas aparecen en breves que trufan la información local hablando de siniestros fatales en los que se ha visto implicado uno de ellos, habitualmente un tractor, y en la mayoría de casos debido al vuelco del mismo.
El informe de Mapfre “Siniestralidad, mortalidad agrícola, vuelcos de tractores e incendios en cosechadoras. 2010-2019” señala que en esa década se produjeron 880 fallecidos en accidentes en los que estaba implicado algún vehículo agrícola. La gran mayoría de ellos en siniestros en fincas privadas mientras realizaban las labores agrícolas para las que están pensados tractores y resto de maquinaria de este tipo.
Centrándonos en la siniestralidad de estos vehículos, los datos del Observatorio de Seguridad Vial de la DGT señalan que entre 2016 y 2022 la cifra de fallecidos por siniestros viales en los que estaban implicados se sitúa entre el mínimo de 14 muertes en 2017 y el máximo de 20, en 2018. En 2022 fueron 18 los fallecidos.
La lesividad sí ha sido capaz de reducirse prácticamente a la mitad, de los 124 heridos (el 75% no hospitalizados) en 2016 a los 63 de 2022, de los que el 79% no requirieron hospitalización.
La cuestión de la edad. Las organizaciones agrícolas son conscientes de la necesidad de tomar medidas que reduzcan la siniestralidad que se produce por el uso de esta maquinaria, que en general adolece de un grave problema de envejecimiento. “No hay una medida concreta para intentar reducirla, sino una suma de buenas prácticas y un gran esfuerzo de sensibilización. La cuestión de la edad de los vehículos agrícolas es una batalla constante. La renovación supone una gran inversión y una lenta amortización, aunque poco a poco se va modernizando”, asegura David Erice, encargado de temas laborales y de prevención en UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos).
Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de vehículos agrícolas y cuáles son las características que hacen especial su circulación por nuestras carreteras?
Se engloba bajo el término vehículos agrícolas a máquinas de muy diversa índole, pero que tienen en común que han sido construidas y concebidas para realizar labores agrarias. Se dividen entre los que van a motor (autopropulsados) como el tractor, el motocultor, el portador, el tractocarro o la maquinaria agrícola autónoma -como las cosechadoras-, y aquellos que no tienen motor porque son remolcados, ya sea maquinaria o los propios remolques y semirremolques.
Restricciones. El tamaño y el peso de cada uno de ellos determinará no sólo el permiso o licencia necesario para poder conducirlo, sino también cómo deberá circular por las carreteras: límites de velocidad, restricciones de circulación, exigencias de señalización, etc.
Así, los vehículos que no excedan las masas o dimensiones establecidas con carácter general para los vehículos ordinarios (12 m de longitud, 2,55 m de anchura y hasta 4 m de altura) podrán conducirse si se dispone de una Licencia de conducción para Vehículo Agrícola (LVA), que se puede obtener desde los 16 años y siempre que se hayan superado las correspondientes pruebas teórica y práctica.
Estos vehículos también pueden conducirse con el permiso B, que es el obligatorio para conducir los que superan esas dimensiones y para los que por construcción puedan superar los 45 km/h.
Los tractores y demás vehículos agrícolas tienen la calificación de vehículos especiales y en este sentido están sujetos a restricciones en cuanto a la velocidad, las vías por la que deben circular, cómo y por dónde hacerlo o la señalética que deben llevar. “De manera general está prohibido que circulen por autovías y autopistas, pero hay excepciones. Los tractores que superen los límites máximos de masas y dimensiones de los vehículos ordinarios, podrán hacerlo, pero necesitan una autorización complementaria”, explica Anuncia Ocampo, jefa de Área de Autorizaciones Especiales de la DGT.
Este permiso se solicita para el itinerario y establece por qué tramos se puede circular. “La maquinaria pequeña no tiene otra opción que utilizar las vías convencionales. Y la autorización complementaria, para vehículos que superen las dimensiones máximas, se concede sólo cuando no exista alternativa por convencional viable, y por un plazo de 1 a 4 años”, aclara Ocampo.
En este sentido, y para intentar facilitar el trabajo de los propietarios y conductores de estos vehículos agrícolas más grandes, se estableció un mapa con todos aquellos tramos en los que se ha certificado que no hay una alternativa viable fuera de las vías de alta capacidad para su circulación. “Es un mapa vivo, se mueve, porque los propietarios de las vías realizan actuaciones de mejora sobre ellas que hay que reflejar”, señala Anuncia Ocampo.
Este recurso puede consultarse en la Sede Electrónica de la DGT, en el apartado correspondiente a autorizaciones complementarias. (Consultar mapas)
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Velocidad y posición. Las restricciones se amplían para esta maquinaria al lugar que pueden ocupar en la vía, que está relacionado también con el tamaño, el peso y la velocidad. Si bien en vías urbanas no hay restricciones siempre que no sean un obstáculo para el resto del tráfico, en las carreteras interurbanas los tractores “pequeños”, de hasta 3.500 kilos, deben circular por el arcén, si es transitable, y si esto no es posible, por la parte imprescindible de la calzada.
En el arcén deben tener especial cuidado con el resto de vehículos que están obligados a circular por su mismo espacio (vehículos para personas con movilidad reducida. vehículos de tracción animal, ciclos y ciclomotores). Sin olvidar tampoco que no pueden circular en paralelo con otros vehículos ni adelantar excepto que la maniobra dure menos de 15 segundos o suponga un recorrido de menos de 200 m.
Por su parte, los vehículos más grandes deben circular por la calzada, preferiblemente por el carril derecho, y siempre cumpliendo con los límites de velocidad y portando las señales obligatorias que indican que se trata de un vehículo lento.
Reducir la siniestralidad. Para intentar atajar los siniestros en los que se ve implicada maquinaria agrícola, desde UPA se reclaman presupuesto y medidas que animen a la renovación, y sobre todo incentivos para inversión en seguridad, porque “es más fácil invertir en instalar infraestructuras de seguridad en un viejo tractor, que puede suponer unos 5.000 o 6.000 euros, que en un vehículo nuevo”, asegura el técnico de UPA, David Erice.
La cuestión es que se calcula que el uso del cinturón de seguridad y los arcos de protección frente al vuelco (ROPS, en inglés) podrían reducir hasta el 99% de las muertes por este tipo de accidente, según la campaña “Tu vida sin vuelcos”, llevada a cabo dentro del marco del Plan Nacional de Sensibilización en Prevención de Riesgos Laborales en el Sector Agrario.
Además, Erice también apunta el efecto positivo que tendría el establecimiento de planes de formación específica que integre la cuestión de los riesgos laborales y de seguridad vial: “Sobre todo, para las nuevas generaciones, más permeables a la adquisición de nuevos hábitos de conducción”.
En la mayor parte de las ocasiones la falta de comprensión del resto de usuarios de las especiales características de estos vehículos y la baja velocidad a la que circulan, suponen un riesgo para la seguridad vial que es necesario atajar. “Se trata de maquinaria pesada que circula por unas carreteras que no están en su mejor estado de conservación, porque la inversión en ellas es complicada, ya que se encuentran en las zonas más despobladas”, apunta Erice.
También hay que contar con la tecnología para reducir los siniestros viales con tractores o cosechadoras. Los modernos sistemas de asistencia a la conducción ayudan a limitar muchos de los riesgos que conlleva el compartir el mismo espacio, y la conectividad permitirá avisar de la presencia de este tipo de maquinaria lenta y pesada en la carretera. De hecho, la ETSI (European Telecommunications Standards Institute) realizó una prueba piloto en 2018 en la que se comprobó que un tractor conectado podía enviar una señal para advertir de su posición a otros vehículos desde 1 km de distancia.
Pero nada puede sustituir la prudencia al volante, el respeto de las normas de circulación y el mantenimiento de una distancia de seguridad suficiente. Los tractores y la maquinaria agrícola son imprescindibles, la parte motorizada de un sector insustituible económica y socialmente, y los usuarios de las carreteras deben ser tolerantes y pacientes al encontrarse con ellos.
Circular cerca de un vehículo agrícola
• La paciencia es fundamental. Estos equipos circulan despacio y tienen un comportamiento diferente al de otros vehículos a la hora de frenar o girar.
• Al adelantar, asegúrese de que tiene la vía despejada, conduzca despacio y realice la maniobra de forma respetuosa.
• Mantenga la distancia de seguridad adecuada.
Conducir maquinaria para el campo
• Preste mucha atención a los vehículos que se encuentren cerca, en especial a los usuarios vulnerables.
• Mantenga su vehículo en las mejores condiciones, realice las revisiones necesarias y cumpla con las obligaciones de la inspección técnica.
• Asegúrese de llevar correctamente colocadas las señales de velocidad reducida.
• Recuerde que necesitará un coche acompañante cuando las dimensiones de su vehículo lo hagan imprescindible.
• Use el cinturón de seguridad y si su vehículo dispone de arco de seguridad antivuelco, llévelo correctamente instalado y desplegado. Si no dispone de estos dispositivos piense en la posibilidad de actualizar su maquinaria con ellos.
• Respete el número máximo de ocupantes para el que está autorizado su vehículo.
• Infórmese sobre el seguro obligatorio de responsabilidad civil, incluido en el proyecto de ley aprobado en mayo por el Gobierno.