Carriles en sentido contrario, una medida contra los atascos
- Aumentan la capacidad en 1.500 vehículos más cada hora
11 mayo 2013
Los carriles especiales más frecuentes son los que se habilitan en sentido contrario al habitual, una medida de ordenación que se viene utilizando en autovías y autopistas desde los años 80 para aumentar su capacidad. “En cada gran operación de tráfico pueden llegar a instalarse hasta 700 kilómetros de estos carriles, que aumentan la capacidad en 1.500 vehículos más cada hora”, explica José Luis Chica, directar del Centro de Gestión de Tráfico de la DGT.
En qué consisten
El procedimiento es sencillo: en una vía con mucho tráfico en un sentido, se toma un carril de la otra calzada menos saturada para ‘cederlo’ a la otra, más congestionada. De esta forma, una autovía de dos carriles por sentido pasa a tener, durante unas horas, tres en la parte atascada y uno en la menos necesitada. Naturalmente, esta configuración de la vía tiene un inconveniente: los vehículos que circulan en sentidos contrarios deben ‘convivir’ en una calzada, separados –durante kilómetros– únicamente por una delgada línea imaginaria de conos.
Para poder usarlos con seguridad, existen varias ‘condiciones’ que el conductor debe tener en mente a la hora de elegir: carril en sentido contrario, ¿sí o no? La primera, que el acceso está habilitado exclusivamente a motocicletas y turismos y está prohibido para el resto, incluidos turismos que arrastren un remolque. Dentro de estos carriles –y en los contiguos– se debe encender siempre la luz de corto alcance, día y noche. Además, si hay un solo carril habilitado –lo más habitual–, la velocidad deberá mantenerse entre los 60 y 80 km/h. Naturalmente, ningún vehículo podrá romper la línea de conos e invadir el carril contrario, ni siquiera para adelantar: el desastre de una colisión frontal sin escapatoria sería cuestión de segundos. Y dado el ‘encajonamiento’ propio de esta situación, se hace más necesario que nunca llevar a rajatabla una de las normas básicas de la conducción: mantener siempre la distancia de seguridad con el vehículo que va delante.