Con nieve y hielo la adherencia es crítica
- Casi 5.000 "sucesos meteorológicos" de alta intensidad que afectaron durante el último invierno a las carreteras, se debieron a la nieve.
02 enero 2014
Cuando nieva, la adherencia de nuestros neumáticos y la visibilidad en la vía pueden reducirse al mínimo y complicarnos la conducción. Y con la bajada de las temperaturas, la humedad se congela y aparecen las placas de hielo, un peligro indetectable que puede acechar en cualquier tramo de la vía.
Nieve: riesgos y precauciones
Los primeros copos hacen la calzada muy deslizante y a medida que se acumula, las dificultades aumentan y no podrá circular sin las cadenas; además de reducir la visibilidad, la nieve también tapa las señales y las marcas viales y puede producir sensación de mareo. Cómo actuar: circule con el alumbrado de cruce, modere la velocidad y aumente la distancia de seguridad; no se salga de las rodadas de otros vehículos y utilice el volante, el acelerador y el freno con suavidad; no acelere al iniciar la marcha, solo suelte suavemente el pie del acelerador y circule con marchas largas para no patinar.
Hielo: el peligro invisible
La adherencia sobre el hielo es mucho más crítica que sobre la nieve; conviene prestar atención a las zonas donde es más habitual, como lugares sombreados, resguardos orientados al norte y puentes sobre ríos; y tenga en cuenta que, al derretirse la nieve, el agua que se desliza por el asfalto en las zonas peraltadas puede helarse al caer la noche. Cómo actuar frente al hielo: en condiciones de adherencia mínima, reduzca la velocidad y extreme la suavidad para manejar el volante o pisar los pedales de freno y acelerador; cuando la temperatura exterior baje a tres grados centígrados manténgase alerta y desconfíe porque podría haber placas de hielo aunque la temperatura esté por encima de 0º; en caso que pisar una placa de hielo, suelte suavemente el acelerador y gire despacio el volante; y si ha de frenar, hágalo también con suavidad (salvo que lleve ABS) para no bloquear las ruedas.
Según el estado de la vía y las condiciones del tráfico, la DGT establece cuatro niveles de dificultad:
Verde: comienza a nevar. Prohibido pasar de 100 km/h en autopistas y autovías y de 80 km/h en el resto de vías. Los camiones deben circular por el carril derecho y tienen prohibido adelantar. Evite los puertos de montaña.
Amarillo: calzada parcialmente cubierta. Prohibida la circulación a los camiones. Los turismos y autobuses no deben pasar de 60 km/h. Evite maniobras bruscas. En curvas y descensos, disminuya más la velocidad.
Rojo: carretera cubierta.Prohibido circular a vehículos articulados, camiones y autobuses. Circulación permitida solo con cadenas o neumáticos de invierno. No rebase a los vehículos inmovilizada.
Negro: prohibida la circulación. Riesgo de quedarse inmovilizado. Si se queda bloqueado, utilice la calefacción y no abandone el vehículo si no hay refugio. Para no obstaculizar, inmovilice su vehículo lo más orillado posible.
Existen distintos tipos de cadenas para rodar con seguridad sobre nieve. Elija las suyas y llévelas siempre con usted para no quedarse 'tirado'.
Cadenas metálicas. Son duraderas y eficaces, aunque ruidosas. Su montaje en condiciones de frío y humedad puede ser difícil (ver recuadro). Son las más duraderas y las más utilizadas.
Cadenas semiautomáticas. Son las más costosas, pero muy eficientes. Se puede circular todo el invierno con el soporte instalado en la llanta y, de ser necesario, las cadenas se acoplan con rapidez.
Fundas textiles. Son de muy fácil montaje, ocupan poco espacio y son muy eficientes.
Neumáticos de invierno. La mejor opción si vive en zonas con abundante lluvia y temperaturas por debajo de 10º. Se agarran mejor, frenan antes pero son hasta un 15% más caros que los convencionales. Sustituyen a las cadenas.