Haz su camino al cole más seguro
- El camino escolar es la sucesión de espacios públicos o itinerarios que recorren los escolares todos los días para ir y volver al colegio desde sus casas.
04 septiembre 2018
La DGT pone a disposición de familias, profesores, colegios y Ayuntamientos una plataforma web con información sobre cómo poner en marcha un camino escolar seguro. Recoge recursos didácticos, experiencias y buenas prácticas de otros Ayuntamientos y colegios y propone crear un marco de actuación para impulsar y coordinar acciones encaminadas a potenciar la movilidad autonóma y segura en los niños.
Las metas
Hacer seguro y atractivo el camino de casa al colegio es una forma de ir recuperando espacios para la infancia y hacer habitables nuestras calles y plazas. Los proyectos de camino escolar sitúan las necesidades de movilidad e los niños en el centro de la acción pública y el interés social, con el fin de crear unas condiciones adecuadas para sus desplazamientos cotidianos. Y, ¿qué condiciones deben cumplir?
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Deben ser principalmente SEGUROS. Crear una red de itinerarios seguros y cambiar hábitos de desplazamiento caminando, o en bicicleta o en transporte público.
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SOSTENIBLES. Reducir el número de vehículos a motor que trasladan a los niños al colegio, aminorando el exceso de emisiones contaminantes y el ruido, actuando en favor de la mejora del medio ambiente, la recuperación del espacio público y la seguridad vial infantil.
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SALUDABLES. Promover la movilidad activa, el caminar y pedalear, favoreciendo el desarrollo de una actividad física cotidiana y hábitos de vida saludable, con menos obesidad y mejor salud.
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Con AUTONOMÍA. Fomentar el que los niños recuperen la calle y vayan solos o en compañía de sus amigos al colegio. De este modo se favorecerá la autoestima, la socialización y el proceso de aprendizaje por medio de la interacción y la cooperación.
Seguridad compartida
Los niños aprenden lo que ven. Para ello, la Educación Vial para su movilidad segura ha de ser entendida como una educación en valores que se recibe no solo en el contexto escolar, sino en todos los ámbitos y etapas de la vida, empezando por el entorno familiar. Por ejemplo, los niños normalmente van al colegio acompañados. De esta manera no tienen que responsabilizarse de su seguridad. Son los adultos los que marcan lo que se puede hacer o no en las calles. Podrían aprender a desplazarse con seguridad adquiriendo poco a poco autonomía hasta llegar a interiorizar comportamientos seguros como peatones.
Las familias, por su parte, acompañan a los niños en todo momento. Muchos tienen problemas de conciliación. Para resolver esto la DGT recomienda organizar entre las familias sistemas de acompañamiento colectivo para los más pequeños, mientras que los mayores van adquiriendo progresivamente mayor autonomía. Otra situación de partida para muchas familias es la dependencia del coche, considerado erróneamente como el método más rápido y seguro. La calle, por el contrario, es considerada un lugar peligroso y hostil. Para cambiar esta mentalidad una buena idea es organizar primero encuentros para que las familias participen y conozcan el proyecto, comprendan la necesidad de cambiar hábitos y organizar jornadas para ir en bicicleta o a pie. Según aumente la participación de los niños, así aumentará el número de personas que velarán por el bienestar infantil, la seguridad y la confianza de los padres.
Reconocimiento del terreno
Lo primero es elaborar un diagnóstico de partida. Involucrando siempre a los niños, a los padres y a otros colectivos interesados en el barrio se buscará criticar el espacio urbano: estado del pavimento, insuficiencia de pasos de peatones, etc. Y ¿qué se puede conseguir? Instalar señales vinculadas al proyecto, que tengan un carácter simbólico y que den visibilidad al proyecto Camino Escolar Seguro. Existen también medidas de regulación del tráfico que resultan más baratas que las obras en infraestructuras, como prohibir el estacionamiento o el paso de vehículos en el entorno escolar o reducir la velocidad.
El "pedibus" o "bus a pie"
Una de las medidas es el "bus a pie" o "pedibus". Es una forma de ir probando el camino y enseñando a los más pequeños pautas de comportamiento seguro. Integrar acciones que permitan a los niños experimentar el placer de caminar y de llegar por sus propios medios al colegio o en compañía de amigos es muy positiva. Desde gestos cotidianos a días señalados o eventos en torno a la movilidad o aprovechar salidas escolares para hacerlo a pie o en bicicleta.
Tras los pasos
Una vez finalizado el programa, hay que seguir trabajando con el alumnado y las familias hasta que la movilidad sostenible y segura sea una seña de identidad del centro.
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Weemet, el localizador GPS. Gracias a la alerta de entrada y salida de zona, podrá saber cuándo su hijo ha llegado a casa o al colegio. Se puede configurar un número ilimitado de zonas: casa, colegio, amigos, abuelos, actividad deportiva... En el momento en que entre o salga de la zona, los padres recibirán un aviso.
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Trazeo, creador de grupos y rutas. Organiza "grupos" con las familias para que los niños caminen al colegio juntos de forma segura. Anima a la participación al otorgar puntos en cada camino y posibilitar su canje por premios.
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Filip, el reloj inteligente de Telefónica. Dirigido a niños entre los 4 y los 11 años de edad, permitirá a los padres localizar y estar en contacto con sus hijos de forma permanente. El reloj tiene una pantalla en la que el niño puede ver el día, la fecha y la hora. Además, cuenta con dos botones (uno rojo y otro negro) en el lateral izquierdo del reloj, con los que puede seleccionar la acción que quiere realizar, como, por ejemplo, llamar a sus padres. Por su parte, los progenitores se tendrán que instalar una aplicación (disponible para iOS y Android) con la que podrá establecer los cinco contactos de confianza con los que su hijo puede comunicarse.