Para qué sirve la Educación Vial
- Fomentar hábitos de convivencia asociados a la movilidad precisa de una estructura educativa desde la que desarrollarlos
03 marzo 2023
En el marco de la jornada “Educación Vial para el Objetivo Cero y un Sistema Seguro” organizada por Fundación Mapfre en el Congreso de los Diputados a principios de este año, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se refirió a la Educación Vial como “el factor de más largo recorrido de nuestra política para implantar un sistema de movilidad segura”.
Partimos de que la movilidad es un derecho y una necesidad básica del ciudadano que, inevitablemente, implica riesgos y efectos no deseados: alcances, choques, salidas de la vía, atropellos... Situaciones que se traducen en una siniestralidad que hay que reducir con las herramientas y opciones que nos ofrece la seguridad vial. En este contexto, y como decía el ministro, la educación es una de las más eficaces.
Pero conseguir esta reducción y, al tiempo, fomentar los hábitos de convivencia claves asociados a la movilidad exige contar con una estructura educativa que permita y facilite a la sociedad y a los usuarios implicarse en la prevención de accidentes y promover una movilidad segura, sostenible y saludable.
Esta sección intenta trasladar una visión educativa de la seguridad vial, adentrarnos en una capa más profunda del conocimiento de la normativa para acercarnos al proceso de transformación de la información en actitudes, valores sociales y en especial conductas para convivir.
Educación en general, vial en particular
La educación proporciona al ciudadano un abanico de posibilidades extenso tanto en el plano puramente íntimo como en el de su proyección en la sociedad. Entre esos aportes destacan:
• El desarrollo personal y profesional con la adquisición de habilidades y conocimientos valiosos en el mundo laboral y social.
• Empleabilidad, al mejorar las expectativas profesionales.
• Combatir la desigualdad y favorecer la inclusión.
• Ayudar a desarrollar habilidades críticas y de pensamiento reflexivo.
• Fomento de la participación cívica y el compromiso social.
Como se ve, el listón se pone alto porque el individuo puede, a través de la educación, acceder a un grado de desarrollo personal y profesional a priori sin límites. A partir de aquí, cabe reflexionar sobre lo que cada área concreta puede, en su desarrollo educativo, aportar al ciudadano y a la sociedad. En el caso de la Educación Vial, hablaríamos de:
• Poder desplazarnos de manera segura y evitar así víctimas, dolor y tragedia social.
• Mejorar la convivencia en las vías para incrementar valores como la responsabilidad, el respeto mutuo y la consideración hacia los demás usuarios.
• Contribuir a la construcción de una sociedad más justa y menos hostil.
Propuestas específicas
La cuestión es que estos beneficios ligados a la Educación Vial se han logrado desarrollando durante décadas iniciativas de lo más variopinto dirigidas a toda la población. En muchos países –y España es un ejemplo paradigmático de ello– se ha demostrado su eficacia: campañas divulgativas de concienciación, programas de formación de conductores, iniciativas como el permiso por puntos, mejora de la infraestructura vial, etc.
Promover iniciativas educativas innovadoras con los diferentes grupos de población, de manera especial con quienes presentan mayor vulnerabilidad en la vía, ha aportado buenos resultados en la búsqueda de una movilidad segura para todos.
A tenor de esta experiencia, ¿qué cuestiones pueden resultan más trascendentes de cara a la prevención en la acción educativa?
Para todos: mayores y pequeños, padres y educadores, etc.
1- Caminar por la acera o zona peatonal evitando distracciones con auriculares, utilizando el móvil, etc., y prestando especial atención a salidas de garajes, mobiliario urbano o vehículos que pueden aparecer en la acera de forma irregular e inesperada.
2- Identificar las zonas seguras para cruzar la calle: zonas especialmente señalizadas, reguladas con semáforos o agentes, respetar escrupulosamente los ciclos de paso, y comprobar siempre que los vehículos se han detenido.
Para conductores de cualquier vehículo y grupo de población
El vehículo o la edad no eximen de la responsabilidad: el conductor debe circular en las mejores condiciones psicofísicas (sin haber consumido alcohol, medicación o cualquier otra substancia que altere su capacidad de conducción), ha de evitar distracciones y asegurarse de que su vehículo esté revisado y en condiciones idóneas para circular. Y, por supuesto, es responsable del cumplimiento de la normativa y ordenanzas municipales cuando existan.
Para usuarios de transporte público
Esperar en las zonas señalizadas sin invadir la calzada, subir y bajar de forma ordenada para evitar caídas y lesiones, asegurar una buena sujeción antes del arranque, solicitar la parada y prepararse con tiempo para bajar. Esperar a que el autobús abandone la parada para cruzar con visibilidad.
Desde la entrada en vigor de la última ley educativa, la Educación Vial ha dejado de ser un complemento más o menos opcional para pasar a formar parte del currículo con objetivos específicos y evaluables en movilidad segura, saludable y sostenible en todas las etapas. Se visibiliza en áreas específicas para conseguir unos fines muy concretos.
Contenidos: dónde se imparte en cada etapa
PRIMARIA
- Educación Física
- Educación en Valores
- Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural
SECUNDARIA
- Educación Física
- Física y Química
- Geografía e Historia
BACHILLERATO
- Educación Física
- Física y Química
OBJETIVOS: LO QUE LA EDUCACIÓN VIAL TRANSMITE AL ESTUDIANTE
• Conocer y comprender la movilidad y sus riesgos
• Integrar la movilidad en las normas de convivencia
• Respetar las normas