Malas costumbres al volante
- "Asumimos estos comportamientos inadecuados como algo habitual, de forma inconsciente y sin conocer su alcance o sus consecuencias", Juan Ignacio, DGT.
26 marzo 2024
La rutina al volante puede hacernos ‘olvidar’ algunas normas y adoptar malos hábitos que comprometen nuestra seguridad.
“Ya sea por comodidad, desidia o desconocimiento, vamos asumiendo estos comportamientos inadecuados como algo habitual, de forma inconsciente y sin conocer su alcance o sus consecuencias”, explica Juan Ignacio Serena, jefe de sección del Área de Formación Vial de la DGT, que destaca la dificultad para corregirlos tras el periodo de formación, una vez obtenido el permiso y adquirida cierta soltura en la conducción:
“Lo primero es ser conscientes de cuáles son nuestros comportamientos inadecuados, para asumirlos, aprender la forma correcta y ponerla siempre en práctica”, señala Serena.
1. Con una mano
Uno de los malos hábitos ‘clásicos’ en conductores experimentados es soltar el volante para apoyar el codo en la ventanilla o dejar la mano ‘olvidada’ sobre el cambio de marchas -o aún peor, para coger el móvil (ver punto 11 de este reportaje)-. Cuando conducimos, lo correcto es sujetar el volante con ambas manos sobre el mismo, en la posición de las 10:10 de las agujas del reloj. Además, con los brazos un poco flexionados y relajados sobre el volante tendremos capacidad total de maniobra, especialmente cuando sea necesaria una reacción rápida.
2 ‘Abonados’ al carril izquierdo
En vías interurbanas debemos circular normalmente por el carril de la derecha y utilizar el resto de carriles del mismo sentido para adelantar. Un conductor que circule por el carril central o izquierdo puede entorpecer y provocar situaciones de riesgo. "Además, circular por los carriles centrales implica dirigir nuestra atención también a los que circulan por carril derecho", apunta Serena.
3. En punto muerto
¿Suele pisar al pedal de embrague con demasiada antelación antes de un semáforo en rojo o de una señal de stop? Sepa que avanzar en ‘punto muerto’ implica la pérdida de tracción y de retención del freno motor, y puede ser peligroso ya que tenemos menos control sobre el vehículo. Además, provoca un mayor desgaste del sistema de frenado. En estos casos, lo correcto es reducir la velocidad levantando el pie del acelerador, dejando rodar al vehículo por inercia, tocar el freno suavemente y reducir a marchas más cortas si fuese necesario, manteniendo siempre una marcha engranada.
4. Mal uso del freno
Frenar en exceso, dentro de las curvas o intensamente justo antes de detener el vehículo son malos usos del sistema de frenado. Los especialistas en conducción segura subrayan que el freno debe usarse en su justa medida, sin excesos, con suavidad y aplicando la presión necesaria sobre el pedal. En las frenadas de emergencia también es una reacción habitual -y natural- levantar el pie rápidamente cuando el sistema antibloqueo (ABS) entra en acción y el pedal vibra. La forma adecuada de reaccionar es mantener el pie sobre el pedal a pesar de la vibración y pisar a la vez el embrague para evitar que el motor se pare.
5 Uso brusco del embrague
El pedal de embrague debe utilizarse de forma suave y progresiva. Es un error frecuente no pisar el pedal a fondo y soltarlo bruscamente en los cambios de marcha, con la consiguiente incomodidad para los ocupantes. También es contraproducente pisarlo durante demasiado tiempo (ver punto 3), acelerar antes de soltarlo del todo y mantener el pie apoyado en el pedal durante la conducción, pues desgasta la mecánica. Y es importante dominar el ‘punto de fricción’ –cuando el disco de embrague y el volante de inercia comienzan a juntarse y se inicia la transmisión– para conducir con comodidad y dominar el vehículo en pendientes ascendentes pronunciadas y en los estacionamientos.
6. ‘Serpentear’ entre carriles
Seguramente todos hemos visto vehículos zigzagueando en vías congestionadas, provocando un riesgo para el resto de conductores. Este comportamiento solamente puede provocar incomodidades, frenadas innecesarias e incluso alcances entre vehículos. "El cambio de carril debe hacerse siguiendo la regla RSM (Retrovisor-Señalización-Maniobra), sin causar peligro ni molestar a otros usuarios. Hacerlo sin necesidad es un mal hábito ya que toda maniobra conlleva cierto riesgo, que será aún mayor si está mal ejecutada", destaca Serena.
7. No ‘ver’ a los peatones
Existen muchas malas costumbres, peligrosas e incluso letales, alrededor de los pasos de peatones señalizados: aproximarse a velocidad inadecuada, especialmente con poca visibilidad; no anticiparse ni observar desde antes de la señalización; parar o estacionar en sus proximidades, especialmente vehículos voluminosos; o detenerse sobre el cebreado obligando a los peatones a cruzar fuera del paso. En 2022 hubo 11.500 siniestros con peatones implicados en vías urbanas, con 213 personas fallecidas y más de 1.400 hospitalizados con heridas graves.
8. Sin distancia
¡Cuántas veces vemos en autovías a filas de vehículos circulando ‘pegados’ unos detrás de otros! Este es quizás uno de los comportamientos más peligrosos en carretera, donde la separación entre vehículos es vital y no respetarla expone a un alcance en cadena. La distancia correcta entre dos vehículos debe ser, al menos, de dos segundos respecto a un punto fijo en la vía (cuéntelos pronunciando 1001, 1002...), y debe ampliarse con mal tiempo o asfalto mojado. En 2023 hubo 117 fallecidos en colisiones traseras y múltiples en las carreteras, un tipo de siniestro habitual cuando no hay un espacio de seguridad adecuado entre vehículos.
9. Claxon excesivo
El uso ‘gratuito’ del claxon -en atascos, para ‘avisar’ cuando el semáforo cambia a verde o por errores- genera malestar y nerviosismo entre los conductores. El Reglamento General de Circulación (art. 110) prohíbe a los conductores de vehículos no prioritarios el “uso inmotivado o exagerado” de las señales acústicas, excepto en situaciones excepcionales: para evitar un accidente, en ciertos adelantamientos, en vías estrechas con muchas curvas o en una emergencia.
10. Sin presión
El mantenimiento y cuidado de los neumáticos es clave. No revisar la presión periódicamente la presión del aire -una vez al mes es lo recomendable- es una mala costumbre con cierto riesgo para la seguridad: una presión incorrecta altera la estabilidad del vehículo, la distancia de frenado y la propia frenada, y puede hacer que perdamos el control del vehículo. Además, reduce el confort en marcha, y hace que los neumáticos se desgasten más y de manera más irregular.
11. Al teléfono, al volante
Aproximadamente uno de cada cinco conductores reconoce haberlo utilizado en marcha. Sabemos que el uso del móvil distrae al volante y aun así todavía muchos conductores no han adoptado la costumbre de dejarlo a un lado cuando conducen. Cualquier manipulación del teléfono durante la conducción es un riesgo (y una infracción grave): incrementa el número de errores e infracciones, ralentiza las reacciones y provoca choques y atropellos. Cada año, las distracciones están presentes en el 30% de los siniestros mortales en las carreteras.
12. Sin cinturón de seguridad
¿Sabe usted que el cinturón de seguridad es obligatorio en España desde el año 1975? Pues casi 50 años después, aún es necesario recordar los beneficios de usarlo: el cinturón reduce de tres a uno la probabilidad de muerte en caso de accidente de tráfico y alcanza su máxima eficacia en los vuelcos, donde reduce el riesgo de fallecimiento en un 77%. En 2023, 139 personas fallecieron en siniestros viales en carretera sin el cinturón de seguridad abrochado (ver reportaje "Enganche a la vida" en este número).
Sin intermitentes: causa de siniestros
No usar o emplear incorrectamente los indicadores de dirección, provoca siniestros. Girar, adelantar, cambiar de carril o estacionar, circular en glorietas e incorporaciones sin encender los intermitentes puede causar alcances, atropellos y otros accidentes en la vía. Según el informe “Observatorio sobre el comportamiento de los conductores 2022”, elaborado por Autopistas, solamente el 33% de los vehículos ligeros señaliza la maniobra de adelantamiento.
Y hay que recordar algo más: los intermitentes activados expresan una intención, pero no otorgan prioridad al conductor que los enciende como norma general, cuando dos vehículos que circulan en línea, uno delante y otro detrás, señalizan a la vez su intención de adelantar. En ese caso, tiene preferencia el primero de ellos.