Regreso escalonado, velocidad adecuada, y nunca bajar la guardia.
- Asegurar nuestra protección y la de todos con los elementos de seguridad, la mascarilla y los guantes son el sistema de retención y protección perfecto como el cinturón o el casco.
28 abril 2020
Asoma un nuevo horizonte, desconocido… como un viaje de regreso precipitado, que no podremos planificar como nos gustaría, pero regreso al fin y al cabo.
Hemos sentido el peso de la nostalgia de nuestra rutina, de desear lo nunca valorado: la pereza de los lunes, las retenciones en un día de lluvia de abril, acompañar al sol en esas primeras tardes largas de luz, la preocupación por la ITV, la cita con el dentista de los niños, la revisión del coche, la del permiso de conducir… nuestra vida aplazada.
Nos costó lo suyo aceptar y calificar lo sucedido, pero lo estamos consiguiendo con nuevos rutinas: reflexionar, relativizar, identificar las diferentes etapas que superábamos cada día y asimilarlas, resignarnos, sobrellevarlo, contener la rabia, el miedo, el dolor y las lágrimas… ¡cuanto hemos aprendido!
Ahora tenemos que regresar, y otra vez con miedo: al vacío, a las ausencias ,a lo diferente, a lo desconocido y a esas malas sensaciones que no nos abandonan.
Afrontemos el regreso, recordando todo aquello que sabemos de memoria para un viaje seguro, y que ahora puede acercarnos a la preciada “seguridad viral”.
Primero el viaje, sin prisa, lo importante es llegar.
1.- Seremos muchos (todos), y ahora más que nunca, mantener la distancia de seguridad será imprescindible para evitar aglomeraciones, retenciones y riesgos.
2.- Asegurar nuestra protección y la de todos con los elementos de seguridad, la mascarilla y los guantes son el sistema de retención y protección perfecto como el cinturón o el casco.
Cuando lleguemos, sabremos poco de nuestro destino, de la nueva normalidad post COVID-19, pero también tenemos e ilusiones que sabemos que nos encontraremos: el reencuentro con la familia, los amigo/as, nuestros compañero/as, vecinos/as, poder comentar y charlar sin pantallas… ¡Qué ganas de llegar!
Para despedirnos, recordar que el mejor guardián de nuestros deseos es el sentido común (autoprotección) con perspectiva social (proteger a todos), desde la responsabilidad, solidaridad, convivencia, tolerancia, empatía… esto también lo sabíamos, no lo olvidemos en el momento más importante.
Feliz reencuentro.