Educación vial: paso a paso, ayer y hoy
- El Código de la Circulacio´n de 1934 ya hablaba de la importancia de la educación vial.
19 junio 2024
Desde su creación, la Dirección General de Tráfico (DGT) siempre ha desempeñado un papel crucial en la mejora de la seguridad vial en España. El mismo año de su fundación, ese lejano 1959, en Madrid se abría al público un recinto con calles y señalización a escala para los más pequeños donde familias y centros educativos mejoraban sus conocimientos viales de una forma lúdica y divertida.
En el corazón de estos esfuerzos se encuentra la Unidad de Intervención Educativa, compuesta principalmente por pedagogos y que, en el año 1985 arrancaba con el Centro Superior de Educación Vial de Salamanca (CSEVS). Esta iniciativa pionera, todavía en funcionamiento, se ha dedicado desde sus inicios a investigar, diseñar programas didácticos y formar a profesionales en el campo de la educación vial.
Durante este tiempo, su labor ha sido fundamental para sentar las bases de una formación vial sólida y efectiva en España. Además, la creación de la revista especializada “Tráfico”, ese mismo año, proporcionó un canal divulgativo valioso que permitió tanto a educadores como a estudiantes acceder a información veraz y recursos educativos actualizados.
Hoy todo esto puede verse plasmado también en la propia página web de la DGT, en el apartado Educación Vial. Desde él se puede acceder y descargar materiales didácticos para todas las edades y personas con todo tipo de necesidades. Asimismo, incluye información sobre los programas y experiencias educativas y cómo participar en ellos.
Cambio social
Desde luego, la importancia de la educación vial en la escuela no es un concepto nuevo. El Código de Circulación de 1934 ya prescribía la obligatoriedad de que los maestros impartieran enseñanzas sobre normas de tráfico y consejos sobre prudencia, aunque sin desarrollo real en las aulas.
No obstante, debido sin duda al drama social por las altas cifras de heridos y fallecidos, todo esto se materializaría de forma efectiva a partir de 1981, con la implementación de los Programas Renovados dirigidos a las primeras edades, cuando la educación vial comenzó a cobrar mayor importancia en el sistema educativo formal.
A lo largo de los años, la legislación en materia de educación vial ha evolucionado para adaptarse a las necesidades cambiantes de la sociedad. Desde las primeras directrices dirigidas a los más jóvenes hasta su inclusión, hoy día a través de saberes básicos en todas las etapas de la actual LOMLOE, evidencia que ha habido un gran cambio generacional. Y es que la sociedad actual es consciente de la accidentabilidad, no tolera altas cifras de heridos y fallecidos, y cada día exige más esfuerzos para lograr el objetivo de 0 víctimas en carretera.
Infografía: Dlirios
En todas las edades
Y para lograr este objetivo de 0 víctimas, no nos quedamos únicamente con las etapas de la educación reglada. La educación en general ha cambiado, las teorías y paradigmas actuales son mucho más abiertos y alcanzan a todas las edades de la persona. La sociedad en su conjunto está en constante cambio, es cada vez más rica y compleja, en la que las personas buscamos adaptarnos a los nuevos escenarios y desenvolvernos mejor. La educación a lo largo de la vida permite estas actualizaciones y la educación vial a lo largo de todas sus etapas es también y desde hace años una realidad.
Labor compartida
Resulta evidente que la educación vial es una responsabilidad compartida. Algo que el conocido psicopedagogo Francesco Tonucci siempre ha defendido: “Si se promoviera la experiencia de ir al colegio sin adultos, a pie o en bicicleta, se haría una correcta y eficaz educación”.
Es necesario convertirnos en modelos que fomenten conductas viales seguras. La identificación con modelos positivos de todas las edades es fundamental para influir en las conductas de las personas y promover una cultura vial segura, inclusiva, accesible, saludable y sostenible.
Cuando comenzamos en 1985 a desarrollar la educación vial dentro de la DGT había mucho apoyo político e implicación de la comunidad educativa. Pero, a lo largo del tiempo, ha habido altibajos. Recuerdo las resistencias encontradas a lo largo de estos 35 años de servicio, principalmente relacionadas con la inversión económica. Convencer sobre la importancia de destinar recursos humanos y financieros a largo plazo en educación vial ha sido un desafío constante, ya que la educación, a menudo ha sido relegada a un segundo plano en comparación con otras políticas más inmediatas. Tengo en mente el nombre de muchas personas que han impulsado fuertemente la educación vial, incluso nombres de políticos que lejos de pensar a corto plazo, han actuado por el bien común. Me quedo con la satisfacción de ver cómo he influido en cambiar la sociedad y prevenir accidentes de tráfico. Costó mucho pero hoy puedo decir que veo los frutos.
La labor conjunta de la DGT y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha sido crucial. Los miembros de la ATGC son agentes educadores de primer orden, en contacto directo con las personas usuarias de las carreteras, principalmente infractores. Su colaboración estrecha ha sido clave para transmitir las ideas y valores promovidos por la DGT y para impulsar la transformación social en materia de seguridad vial.