"Estamos comprometidos con el objetivo cero"
- Aún queda mucho por hacer en cuanto a la protección de los márgenes de la vía, la mejora de muchas intersecciones interurbanas
17 junio 2014
-¿Se puede reducir aún más la accidentalidad?
Sí, estamos comprometidos con el “objetivo cero” de accidentes mortales y graves a medio plazo. La pregunta es cómo hacerlo del modo más rápido y eficiente posible, teniendo en cuenta que los recursos son siempre limitados. Es preciso erradicar el “fatalismo” y la idea de que “siempre habrá accidentes”. Existen medidas conocidas, empezando por las que incluye el Manual de Medidas de Seguridad Vial, cuyo potencial están aún muy lejos de haberse agotado.
-¿Qué medidas, según el libro, son realmente efectivas para reducir accidentes y qué medidas sorprendentemente no tanto?
Todas las medidas que se incluyen en el libro son efectivas. Es más, muchas de estas medidas ya están siendo implementadas (si bien no con la misma intensidad o rigor en todos los países): el cinturón de seguridad, el control electrónico de estabilidad, la iluminación de la vía, las rotondas, los carriles bici… El libro ofrece otras medidas, como puede ser el caso de la educación de los niños ciclistas, que pueden ser efectivas, aunque a más largo plazo. En estos casos el libro, de hecho, suele dar pistas para mejorar o bien la evaluación de dichas medidas. En otros casos, como en el de las campañas públicas de educación o concienciación, se demuestra que su efecto aislado es mucho menor que el efecto combinado con las acciones de supervisión del cumplimiento de las normas.
-¿Qué soluciones propondría a partir del nivel alcanzado por España?
Si tuviera que resumir el futuro en pocas palabras, insistiría en aspectos como: perseverancia, universalización de algunas medidas, rigor en la aplicación e innovación. Por ejemplo en el caso de uso del cinturón de seguridad y, más en concreto, de las sillitas infantiles, es preciso seguir insistiendo en la necesidad de su uso. En otras ocasiones, es preciso continuar con la implantación de determinadas medidas, hasta que su cobertura sea “universal”. Por ejemplo, aún queda mucho por hacer en cuanto a la protección de los márgenes de la vía, la mejora de muchas intersecciones interurbanas (su canalización de giros o su sustitución por rotondas, etcétera).
Por último, es preciso mejorar aún bastante el rigor en el cumplimiento de muchas medidas: por ejemplo, ¿se aplican con el suficiente rigor todas las normas sobre mantenimiento de las vías? ¿Cuántos coches se saltan el semáforo cada vez que se pone en rojo? ¿Cuántas motos tienen actualmente ABS? ¿Cuál es el porcentaje de vehículos que respeta los límites de velocidad? ¿Cuántos padres o madres no se paran en los semáforos en rojo de peatones cuando llevan andando a sus niños al colegio?...
Y en cuanto a innovación: existen medidas como el permiso de conducción gradual o por etapas en donde aún queda mucho recorrido, los sistemas de alcolock para conductores profesionales y flotas de vehículos públicas, las nuevas tecnologías de los vehículos de prevención de colisiones, los mapas digitales de límites de velocidad y la inclusión de la seguridad vial en la prevención de riesgos laborales.