“La obligatoriedad por sí sola no basta”
- Hay que incentivar alternativas de movilidad reales.
17 diciembre 2024
La Ley de Movilidad Sostenible representa una oportunidad única para racionalizar los desplazamientos hasta el trabajo. Sin embargo, la experiencia de Cataluña y País Vasco, que implementaron antes que nadie la exigencia a las empresas de planes de movilidad sostenible, evidencia que la obligatoriedad por sí sola, no siempre asegura resultados si existen barreras a la implantación de algunas soluciones, como las relativas a vehículos de alta ocupación.
Aspectos como dejar de considerar el transporte laboral como una retribución en especie; eliminar restricciones a la contratación de servicios de bus compartido entre empresas o a su comercialización por plazas, pueden ser buenas herramientas para hacer real una movilidad laboral más segura y respetuosa con el medio ambiente. Un ejemplo es el tratamiento que reciben estos servicios en Reino Unido o Portugal, donde los planes no son obligatorios. De hecho, en el país vecino se contratan tres veces más servicios de transporte laboral que en España, aunque tiene cinco veces menos población.
Estas medidas, que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ya reclamó en 2022, permitirían que el transporte laboral actuase como palanca para mejorar la movilidad sostenible, allí donde no se disponen de buenas soluciones de transporte público. En este sentido, es el momento de aprovechar la nueva regulación para potenciar decisivamente los planes de movilidad a los centros de trabajo y favorecer opciones como el bus compartido o aquellas dirigidas a aumentar la ocupación de los vehículos privados en los trayectos cotidianos.