“En la cárcel hay violadores, narcotraficantes, homicidas...”
- "Mi vida ha cambiado en todo, he perjudicado a mis padres, a mi hermana, mi trabajo..."
02 abril 2019
Una noche, hace cuatro años, Pedro (nombre ficticio) conducía hacia casa por la carretera que lleva a su pueblo. Faltando poco para llegar, en una glorieta, varios agentes le dieron el alto en un control de alcoholemia. Pero él decidió no parar. “Me lo salté. Había bebido alcohol y, además, ya tenía un positivo anterior en otro control”. Según refleja su expediente, Pedro intentó atropellara los agentes antes de huir del control. Estos le siguieron hasta su casa. Una vez allí, le detuvieron y esposaron. Pasó esa noche en el calabozo. “En aquel momento no tenía ninguna concienciación respecto a conducir bebido. No se te pasa por la cabeza lo que puede pasar, hacía trayectos cortos entre pueblos, distancias cortas”. Tres años después del incidente, Pedro fue juzgado por negativa a realizar un control, por conducción temeraria y por atentado contra la autoridad. Y con la anterior alcoholemia positiva como agravante. Le cayeron 19 meses y medio de prisión y 4 años sin carné de conducir. “En la cárcel el ambiente es completamente diferente. Allí no podía salir. Y hay de todo, desde narcotraficantes a violadores y condenados por homicidio”.
Después le concedieron el tercer grado e ingresó en el Centro de Inserción Social Josefina Aldecoa, en Navalcarnero (Madrid), donde actualmente cumple la parte final de la condena. En este centro ha realizado varios programas de reeducación y ha comenzado a estudiar el acceso a un grado superior. En septiembre tendrá la libertad condicional y podrá empezar a trabajar. Pedro asume la responsabilidad de lo hecho y explica cómo le ha afectado lo que hizo: “Mi vida ha cambiado en todo, he perjudicado a mis padres, a mi hermana, mi trabajo (electricista)... Antes podía ir donde quisiera; ahora estoy encerrado. Cuando salga tendré que empezar mi vida desde cero. Buscaré un trabajo y me volveré a sacar el carné de conducir”.