"Los accidentes de tráfico son una pandemia. Con brotes y con curvas"
- "La moto es el transporte más ágil, que me permite moverme mejor y con el que me siento más libre... pero para viajes largos, cada día me cuesta más"
06 octubre 2020
Cada año mueren en el mundo 1,3 millones de personas en accidente de tráfico y entre 20 y 50 millones resultan heridas. ¿Es correcto utilizar la palabra pandemia para los accidentes de tráfico?
Pensamos que la palabra pandemia o epidemia solo está asociada a enfermedades infecciosas, pero no es cierto. En la mayoría de los casos sí, pero ha habido en el mundo pandemias o epidemias asociadas a otro tipo de riesgos, como el hambre. Entiendo que sí podríamos estar ya en una pandemia por accidentes de tráfico que con sus subidas y bajadas sí que tienen períodos epidémicos.
Entonces, ¿también podemos decir que hay brotes?
En España tenemos períodos epidémicos estacionales. El aumento de accidentes en los períodos de salida y regreso de vacaciones de verano, en Navidad… técnicamente se pueden considerar brotes.
¿Y curvas?
A nivel global estamos en fase ascendente en ese proceso epidémico de los accidentes de tráfico. En España me costa que estamos descendiendo progresivamente, y podemos decir que estamos en fase de control de esa epidemia.
Pero sigue habiendo riesgo…
Los accidentes de tráfico están asociados al comportamiento de los conductores y los no conductores. Y esos hábitos se pueden relajar y una relajación puede tener un impacto grave y volver a repuntar. Hay que tener mucho cuidado con mantener la tensión para seguir bajando. El descenso no es porque sí, es porque estamos todos muy concienciados y si no lo estamos es muy fácil que vuelva a subir.
¿Podemos hacer paralelismos entre el uso de mascarilla, gel, distancia de seguridad…, y el “ponte el cinturón”, “mantén la distancia de seguridad”…?
Desde luego hay mucha relación. La gente piensa que todo es cuestión de una entidad externa, una institución, una autoridad… Es verdad que las autoridades tienen su responsabilidad en el control y reducción de riesgos, para eso precisamente existen. Hay que exigirles el máximo, pero no podemos, por exigirles a las instituciones, dejar de exigirnos a nosotros mismos. Hay una parte que corresponde a cada persona y nadie puede pensar que la responsabilidad es siempre de otros. Hay que asumir la responsabilidad de cada uno y hay que ser coherentes, sensatos y adultos.
En los accidentes de tráfico igual que con la Covid-19, los jóvenes piensan “esto no me pasa a mi”. ¿Cómo convencerles?
No es que los jóvenes no sean responsables, no creo que piensen que a ellos no les va a pasar. Es verdad que, por sus condiciones físicas, su rapidez de reflejos, por haber vivido menos situaciones de riesgo, pueden prever menos estas situaciones, y eso a veces les lleva a exponerse a riesgos innecesarios y a accidentes. Hay que empezar desde pequeño a que la gente entienda la responsabilidad que tiene cuando se saca su carné de conducir y empieza a utilizar un vehículo, que de hecho es una máquina potencial de hacer mucho daño a muchas personas. Al margen de que se hagan campañas específicas también hay responsabilidad social. Los entornos de los jóvenes también tienen que ayudar a estos a entender los riesgos, amigos, familiares...