"No siempre somos conscientes de los peligros que hay al volante"
- “Ni en el plató ni en el volante puedes pasarte de frenada”
27 marzo 2024
Sonsoles Ónega obtuvo el carné de conducir nada más cumplir los 18 años por comodidad y autonomía. Le apasiona ir al volante y viajar, sobre todo a su añorada Galicia. Ahora lo hace en un vehículo eléctrico por compromiso medioambiental. Reconoce que le gusta la velocidad, pero se ajusta a las normas. Eso sí, alguna vez ha utilizado el coche, en los semáforos, como un set de maquillaje antes de llegar al plató de Antena 3 y ponerse al frente del programa “Y ahora Sonsoles”.
¿Cómo definiría la novela con la que ha ganado el Planeta?
Es la historia de una familia gallega que recorre casi entero el siglo XX. Es una novela de emociones, de historias que se entrelazan y se acaban fundiendo por la trama que la gobierna: el intercambio de dos niñas en sus cunas al poco de nacer. Las mujeres de su novela se rebelan contra el tiempo que les toca vivir.
¿Cree que todavía quedan motivos para la rebelión?
Sí y no. Creo que aún no sabemos diagnosticar con acierto las partículas invisibles que impactan contra nosotras. Y eso hace que transitemos por el mundo con más inseguridad que los hombres. La arquitectura legislativa está hecha, tenemos libertades y derechos, se ha corregido el Código Penal…, pero todavía hay espacios de desigualdad y muchos están en los hogares.
En la novela se cuenta la historia de una familia de conserveros. ¿Por qué ha elegido este gremio?
Quería sumergirme en la Galicia del mar y fue una casualidad que diera con las grandes familias conserveras gallegas.
¿Le gusta regresar a Galicia? ¿Va en coche?
Vuelvo siempre que puedo, que es menos de lo que me gustaría. Galicia es abrigo e inspiración. Viajo en coche porque el tren solo llega a Ourense y las conexiones de avión no siempre son compatibles con mis horarios.
¿Qué es más difícil para usted: conducir un coche o conducir un programa de TV?
Ambas son conducciones de alto riesgo. Si te equivocas al volante, te puede costar la vida, pero ni en un plató ni al volante puedes pasarte de frenada.
¿Cuáles son sus hábitos de movilidad?
Conduzco un coche eléctrico que me obliga a tener rutinas de carga. Voy y vengo a la tele por autopista, así que tengo que cargar baterías casi todos los días. Me gusta conducir y el coche es casi una oficina y un set de maquillaje. Confieso que en los semáforos me he maquillado más de una vez (y de dos).
¿Algún suceso en la carretera que no haya olvidado?
Sí, fue terrible. Una vez, volviendo de Galicia, impacté contra la rueda que perdió el coche de delante. ¡Menudo susto! Mi coche se quedó inutilizado en una cuneta.
¿Sigue a rajatabla las normas al volante? ¿O tiene algo que confesar?
No sé si contarlo… pero hace unos 10 años tuve que hacer el curso de recuperación de puntos. Fue muy educativo, porque no siempre somos conscientes de los peligros que hay al volante.
¿Desde cuándo conduce? ¿Tuvo prisa por sacarse el carné?
Desde los 18. Y sí, tuve muchísima prisa porque vivo a las afueras de Madrid y, entonces, no teníamos las líneas de autobús que hay ahora.
¿Algún mensaje para los que envían whatsapps desde el coche?
¡Que no los manden, por favor!
¿Le preocupa el imperio del coche en las ciudades? ¿Cree necesario peatonalizar los cascos históricos?
Sí, me preocupa el impacto de los coches en las ciudades, y también que nos quieran convencer de las bondades del coche eléctrico y no faciliten las infraestructuras mínimas. Ir a Galicia, por ejemplo, te puede llevar ocho horas enredada en encontrar estaciones de carga… más el tiempo que necesitas en cargar. Sí, creo que habría que ampliar las zonas peatonales de las ciudades, pero con sentido común.
¿Por qué decidió comprar un coche eléctrico? ¿Lo recomendaría?
Sin duda, lo recomendaría. Yo asumí ese compromiso personal, pero a veces pienso… ¡no me vale para viajes largos!
¿Cómo resolvería que las personas que van perdiendo facultades con la edad condujeran sin causar peligro?
La respuesta es sencilla. Una merma de capacidades debería impedir conducir, pero una persona mayor en “perfecto estado de revista”, ¿por qué no?
¿Algún pasaje de sus novelas transcurre en una carretera?
En muchas hay pasajes que transcurren en una carretera. En “Las hijas de la criada”, Clara hace un viaje emocionante a Madrid donde se va a encontrar con el amor de su vida. ¡Y algo más! Es la primera mujer que condujo un coche en Punta do Bico, donde transcurre la novela.
¿Alguna relación entre la literatura y el universo de la movilidad?
Los viajes son la mejor relación. A mí me gusta incorporarlos en mis novelas, porque son momentos reflexivos de los personajes. Ahora estoy inmersa en el mundo de las diligencias. ¡Imagínate!
¿Le gusta la velocidad? ¿Cómo es su forma de conducir?
Me gusta conducir rápido, pero todo dentro de un límite y dentro de las normas. Lo de ir deprisa tiene que ver con mi carácter. También ando rápido por los pasillos de la tele. Contó que fue testigo de cómo se cocían unos huevos al sol en un automóvil.
¿Qué otras cosas raras ha visto en un coche?
Una vez conté en Tele 5 una historia tristísima de un hombre que perdió todo y vivía en un coche. Curiosamente, la misma historia se ha repetido hace poco y ha salido también en Antena 3. A veces el coche es la casa… Televisión, familia, literatura, entrevistas…
¿Cómo se organiza?
Con disciplina y sin mirar a la meta. Yo trabajo al día, sabiendo que cada mañana empieza un aprendizaje, una experiencia, un borrador... Antes que el Planeta, obtuvo el Fernando Lara.
¿Para qué sirven los premios literarios?
¡Para meter presión! No, es broma. Los premios son la bendición de un jurado que debe ser correspondida por el lector.
¿Qué es el éxito?
El éxito es una moneda al aire. A veces cae de cara y otras, de cruz. El éxito es también un altavoz y a veces es una máquina trituradora de libertad. Yo lo observo con distancia. Dice que somos los libros que hemos leído.
¿Cuáles son sus tres o cuatro autores esenciales?
Delibes, Cela, García Márquez, la Allende de los 80 y 90… Y muchos más.
¿De dónde le viene su pasión por la literatura?
De ver muchos libros en casa, de gozar con las lecturas adolescentes y de descubrir que puedes crear mundos alternativos al que te ha tocado vivir.
¿Cuáles fueron las lecturas que más le impactaron de niña?
Siempre cito como primer libro del que tengo memoria “El camino” de Delibes, pero supongo que no era muy niña cuando cayó en mis manos.
¿Cuántos kilómetros ha hecho aproximadamente desde que ganó el Planeta?
¡Uy! No sé. Tendría que echar cuentas, pero hemos quemado muchos kilómetros. Hemos recorrido España de norte a sur, pasando por el este valenciano, catalán y, próximamente, murciano. Incluso hemos viajado a Canarias.
Si no es indiscreción, ¿a qué va a dedicar el millón de euros con que está dotado el premio Planeta?
A ahorrar por si vienen mal dadas. Y a ampliar mi biblioteca, porque ¡ya no me caben los libros!