“En la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil tenemos una doble vocación”
- "Cuando un conductor nos ve, hace un chequeo rápido del cumplimiento de todas las normas".
12 junio 2024
Hablamos del pasado y el futuro de la ATGC con el general de brigada Tomás García Gazapo.
¿Por qué se eligió a la Guardia Civil para vigilar la carretera?
La década de los cincuenta fue una época de clara transformación de la sociedad española, a la vez que comenzaba el desarrollo económico y social. En las carreteras, se vivía una situación de anarquía, con incrementos notorios de la siniestralidad: en 1958 se registraron 1.711 fallecidos con poco más de 700.000 vehículos, y un servicio de vigilancia, cuando menos, poco efectivo. En este escenario, en 1953 se le encomienda a la 1ª Comandancia Móvil de Madrid un ensayo para servicios de auxilio, control y seguridad del tráfico rodado en las carreteras nacionales periféricas y de acceso a la capital de España. Tras unos resultados muy satisfactorios, se creó en 1958 la primera unidad piloto de la Guardia Civil, que acabó desembocando en la creación de la Agrupación de Tráfico el 26 de agosto de 1959. Muy probablemente, se eligió a la Guardia Civil por ser un cuerpo militar, con despliegue en todas las carreteras, capacidad de auxilio y con unos mandos capaces de realizar una escrupulosa selección del personal. Sabían tratar a los usuarios, ser disciplinados y resolver.
¿Cuáles eran sus objetivos?
Sus cometidos fundamentales eran muy similares a los de ahora: protección y auxilio de los usuarios de las vías públicas, vigilancia y mantenimiento de la disciplina del tráfico en las vías interurbanas, instrucción de diligencias e investigación de los siniestros viales.
¿Ha cambiado mucho su labor?
No tanto en los objetivos, misiones y cometidos fundamentales, como en la adaptación constante de los servicios que prestamos. La formación de nuestro personal siempre ha sido permanente sobre la normativa cuyo cumplimiento debe vigilar. Nuestros medios, tanto en vehículos como en tecnología de vigilancia, están en constante evolución y siempre en la carretera. Nacimos en una España sin apenas vías de gran capacidad y ahora desarrollamos nuestros servicios en una red de carreteras que incluyen más de 15.000 km de estas vías.
¿Hay suficiente plantilla?
En estos momentos los efectivos de la Agrupación son algo menos de 9.000, sobre una plantilla presupuestaria de algo más de 10.000. Esto fue fruto de un plan ambicioso para tener más presencia en la carretera y pensamos que podrían ser suficientes siempre que tengamos una cobertura aceptable. En cualquier caso, el actual escenario de movilidad y seguridad vial podría hacer conveniente un ligero incremento, siempre que lo permita el presupuesto y pensando en reforzar la prevención.
¿En qué se debería mejorar?
Nuestro reto permanente es nuestro personal. Aunque estamos satisfechos con nuestra formación, siempre nos exigiremos el más alto grado de excelencia. Ahora estamos mejorando la formación en la reconstrucción de siniestros y la investigación de los mismos y de los delitos de seguridad vial, con el fin de proporcionar a las víctimas una reparación efectiva del daño.
Respecto al control, estamos revisando los procedimientos para ser más eficaces en la vigilancia del comportamiento de los usuarios de las motocicletas (usamos drones). Sin olvidar la transformación digital, para ser más eficientes, mejorar la calidad de los datos y procedimientos y, en definitiva, ofrecer un mejor servicio a la sociedad.
Cuando vemos una patrulla, conducimos mejor...
Sí, conocemos nuestra influencia sobre los usuarios de las vías. Raro es no tener alguna anécdota sobre ello. Afortunadamente cuando un conductor nos ve, hace un chequeo rápido del cumplimiento de todas las normas, cinturón, velocidad, consumos recientes, uso de carriles, iluminación, etc., lo que corrobora que transitamos por el buen camino de la prevención.
En vacaciones siempre hay operaciones especiales.
Tenemos grabado en nuestra conciencia la disponibilidad permanente para el servicio. Además, para nosotros constituye un orgullo y satisfacción especial prestar servicio en esos momentos más especiales como son los de disfrutar del descanso. Por ello, nos afanamos en conseguir nuestro ansiado “sin novedad” después de cada operación especial.
Suelen ser los primeros en socorrer a las víctimas...
La siniestralidad vial supone un drama social que ayudamos a combatir en primera línea. También estamos en los primeros momentos del drama personal cuando nos trasladamos a un domicilio a comunicar a la familia el fallecimiento de una persona por un siniestro vial. Es difícil para todos: familia e intervinientes. Buscamos el menor impacto emocional en quien recibe la noticia, además de acompañar a esa persona en esos primeros momentos. A los componentes de la Agrupación de Tráfico se les forma de manera específica para comunicar esas “malas noticias” en la Escuela de Tráfico de Mérida, que imparten oficiales facultativos psicólogos del Cuerpo con experiencia. También se reciben cursos de actualización y, desde el año 2011, existe una Instrucción de la Jefatura de la Agrupación de Tráfico con un procedimiento elaborado.
¿Por qué es importante investigar los accidentes?
Estamos revisando la reconstrucción de siniestros y la investigación policial. Pensamos que la unificación bajo un mismo mando de la reconstrucción de siniestros y su investigación y de los delitos viales reforzará el prestigio y reconocimiento que ya poseemos. Ya sea para una justicia restaurativa o para otra más punitiva, lo esencial es dejar constancia judicial de lo que ha ocurrido y de los delitos viales detectados para perseverar en nuestros estándares de calidad y neutralidad.
¿Cuáles son las principales causas de siniestralidad vial?
Nuestra experiencia directa en la carretera confirma lo que expresa la actual Estrategia de Seguridad Vial 2030. Las causas más frecuentes siguen siendo las distracciones (ocupan el primer lugar, con el móvil) y la conducción bajo los efectos del alcohol y otras drogas. También está la siniestralidad de los colectivos vulnerables, ahora sobre todo de motocicletas. Y tampoco olvidar los excesos de velocidad o la falta de uso del equipamiento de seguridad.
¿Aún nos falta conciencia vial?
En general, el nivel de concienciación ha aumentado en los últimos tiempos, pero todavía no es suficiente, ya que detectamos falta de responsabilidad por parte de la sociedad española en su conjunto.
Anime a ingresar en la ATGC.
Para formar parte de la Agrupación de Tráfico, es conveniente tener una doble vocación. Por un lado, la necesaria para ser guardia civil, que supone una gran vocación de servicio; por otro lado, estar llamado a ejercerla en nuestras carreteras, que son un escenario concreto, con unas características muy específicas, donde todo se entrelaza: usuarios, asfalto, gasolina, normas, condiciones meteorológicas, convivencia... Siempre animo a nuestros guardias civiles a formar parte de la Agrupación de Tráfico, donde tenemos un ambiente de servicio exigente, pero a la vez altamente gratificante de ayuda a los demás.
¿Se esconden para “pillar” a los infractores?
La Agrupación tiene muy claras sus prioridades, que pasan por el auxilio en carretera, la prevención de los siniestros más graves, incluidos los propios, y la puesta a disposición de la justicia de lo necesario para dirimir las responsabilidades. Ninguna de estas acciones tiene nada que ver con el número de multas o esconderse para “pillar”. Siempre velamos por la calidad de nuestros procedimientos y para que nuestra presencia en la carretera sea lo más efectiva posible.
Un mensaje de cara al verano.
Apoyamos los llamamientos a la prudencia de la DGT en todas las operaciones de verano. Recomendamos evitar los horarios con más tráfico, planificar los movimientos, incluidas las rutas alternativas, no conducir de noche, colocar correctamente el equipaje, velar por la seguridad de todos los pasajeros (sobre todo, los menores) e ir muy atentos a la fatiga. Así lograremos desplazamientos seguros. Y, dando por supuesto que, siempre, es imprescindible circular a las velocidades reglamentarias, no consumir alcohol ni drogas al volante, hacer uso de todos los elementos de seguridad y evitar las distracciones, manteniendo lejos el teléfono móvil.