“Ferrolineras”: energía del tren para el coche
- Los nuevos puntos de recarga se van a instalar en las más de 1.500 estaciones que ADIF tiene en toda España
16 diciembre 2019
ADIF, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, quiere instalar “ferrolineras”, nuevo término para los nuevos puntos de recarga para coches eléctricos alimentados con la energía de frenado de los trenes.
El proyecto que ha patentado ADIF, en el que viene trabajando desde hace una década, pretende instalar por toda España puntos de recarga para coches eléctricos aprovechando “la capilaridad de nuestra red, tanto convencional como de alta velocidad”, explicó Isabel Pardo de Vera, presidenta de la compañía pública, durante la presentación del proyecto en la COP25. La compañía quiere mostrar así su compromiso con el medio ambiente.
Dos puntos de recarga eléctrica
Pardo de Vera también subrayó el “reducido” coste que tiene este nuevo sistema que va a permitir instalar “puntos de carga al servicio de las carreteras para fomentar el uso eléctrico”. ADIF quiere demostrar “la viabilidad de una nueva tecnología que no ha sido investigado por ninguna otra entidad”, dijo Pardo de Vera, quien apuntó la intención de llevar la iniciativa a “otras terminales o espacios”.
ADIF, de momento, ya ha instalado dos puntos de recarga: una en Málaga, en la estación María Zambrano (desde septiembre de 2018), y otra en Santander (desde marzo de 2019). Esta última, próximamente, se conectará con la catenaria para recibir la energía del frenado de los trenes.
Al frenar, los trenes generan una determinada cantidad de energía. Hasta ahora, parte de esa energía es aprovechada por otros trenes, mientras que el resto se disipa en forma de calor en las resistencias que llevan los propios trenes en el techo.
¿Qué hace la “ferrolinera”? Pues, recoge esa energía sobrante del frenado y la canaliza para utilizarla en la carga de las baterías de los coches eléctricos. En caso de no disponer de energía liberada, la recarga se hace directamente con la energía de la catenaria. Si hubiera una incidencia o similar, se incorpora además un respaldo que se alimenta directamente desde la estación.
El sistema proyectado consta de tres elementos:
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Convertidor electrónico de potencia, para conectar con la catenaria.
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Sistema de almacenamiento, que optimiza los ciclos de carga.
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Punto de recarga, que da la opción de carga lenta y rápida (en unos 30 minutos).
Además, la “ferrolinera” cuenta con una planta de generación de energía eléctrica fotovoltaica (otra fuente de energía renovable) y un gestor de control (para establecer las consignas predeterminadas que cargan el coche). Estos elementos convierten a la “ferrolinera” en una auténtica red eléctrica inteligente (smart grid).
ADIF cuenta con 13.853 kilómetros de líneas, que unen 1.568 estaciones. Cada frenada de un tren supone 25 kWh (kilovatios hora). En una estación tipo, cada día se producen 180 procesos de frenado, lo que permite la recarga de 100 coches eléctricos.
El proyecto de las “ferrolineras” comenzó en el año 2010, cuando se desarrolló un primer prototipo en el Laboratorio de Energía de ADIF en Cerro Negro (Madrid). Un año después y, tras obtener la patente nacional e internacional, se llevó a cabo la primera instalación de uso comercial en la estación de Málaga. Ese dispositivo recogía la energía del sistema de frenado desde la catenaria, pero ofrecía una recarga lenta.
Las “ferrolineras” forman parte del Plan de Lucha contra el Cambio Climático de ADIF, a través del Proyecto Ecomilla. El objetivo no es otro que conseguir que también sean energéticamente sostenibles los trayectos desde el origen del viaje hasta la estación y viceversa.