El coche, mejor fresquito
- El sistema de climatización mantiene una temperatura adecuada dentro del vehículo y, a la vez, filtra las partículas de polen
21 julio 2020
Conducir con calor, a más de 25 grados, provoca una disminución de la atención y la concentración e incrementa el tiempo de reacción ante un imprevisto. La temperatura ideal dentro del vehículo debe oscilar entre los 21 y los 23 grados.
El riesgo de sufrir un accidente se incrementa hasta el 20% si conducimos con una temperatura elevada. Por ejemplo, conducir con 35 grados provoca que el conductor deje de percibir el 20% de las señales de tráfico. También hace aumentar sus errores alrededor del 30%. Con el calor, la visión empeora, por lo que podemos sufrir un deslumbramiento: alrededor de 3.500 accidentes en España están relacionados con esos momentos en los que dejamos de ver la carretera.
Para reducir los riesgos, la red de talleres Confortauto ha preparado una serie de consejos.
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Encender el aire acondicionado. Permite llevar una temperatura adecuada dentro del vehículo y proporciona seguridad, ya que ayuda a combatir la somnolencia. Además, el sistema de climatización filtra casi un 90% del polen que circula en el aire, un elemento importante en caso de sufrir alergia.
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Aparcar en la sombra. Evitar la exposición directa al sol impide que aumente el calor dentro del vehículo y también protege la pintura exterior. Lo aconsejable es dejar el coche en un lugar a la sombra sobre todo en las horas centrales del día, las de más calor.
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Colocar parasoles. Si no tenemos más remedio que dejar el coche al sol, no debemos olvidar poner un parasol delante, para que el volante no queme demasiado cuando vayamos a conducir. Los parasoles traseros evitan que suba la temperatura dentro del vehículo.
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Usar protectores de volante. Los cubrevolantes, en general, sirven para mejorar la higiene y, en verano, aislan al volante del calor.
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Abrir las ventanillas antes de arrancar y esperar a que el aire caliente salga. Un truco: abrir una de las ventanillas y, desde el lado contrario, abrir y cerrar varias veces la puerta hasta que salga el aire caliente.
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Lavar el coche frecuentemente. De esta forma, se consigue bajar la temperatura del vehículo. Eso sí, debemos evitar hacerlo en las horas de más calor.
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Llevar las lunas o cristales tintados. Son un elemento decorativo, pero, a la vez, reducen el efecto de los rayos ultravioletas del sol y la temperatura.