5 tecnologías y un destino
- En 2019, solo el 12% de los coches era "eco", mientras que el 59% eran gasolina y el 26%, diesel.
08 septiembre 2020
En 2019 se vendieron en España 162.417 vehículos electrificados y de gas, cerca de un 41% más respecto al año anterior, según datos de ANFAC (Asociación de Fabricantes de Automóviles). Y este año se espera que estas cifras crezcan a mucha más velocidad por la llegada inminente de multitud de modelos de este tipo. Desde Skoda se asegura que “a finales de este año, 1 de cada 5 coches en España será ECO, lo que supondrá un 20% sobre el total”. En 2019 solo representaron el 12%, mientras que el 59% fueron gasolina y el 29% diesel. Además, los fabricantes tienen que evitar sufrir en sus carnes las multas de la Unión Europea en cuanto a emisiones se refiere. El total de CO2 que emita la media de los coches vendidos por cada marca en 2020 no debe exceder de 95 gr/km o se expondrán a una multa de 95 euros por cada gramo de más.
Ante esta llegada masiva de modelos ‘verdes’, el comprador se encuentra con hasta cinco tipos de propulsión diferentes. Un dilema a veces difícil de contestar: ¿Por cuál de ellos me inclino?
Partiendo de la base de que un diésel o un gasolina de última generación, con motores cada vez más limpios y respetuosos con el medio ambiente, seguirá siendo alternativa válida, hemos analizado todas las propuestas, intentando dar una respuesta al cliente que se debe encontrar más perdido que nunca.
El coche eléctrico, salvo contadas excepciones, sigue siendo una alternativa ideal y exclusiva para el entorno urbano y alrededores. Quedando claro que debido a su limitada autonomía para viajar, se postula como segundo coche de la familia y, por lo tanto, para un cliente de clase media alta. O bien para un urbanita muy comprometido con el medio ambiente que viaja solo dos veces al año y prefiere tener un solo coche eléctrico y alquilar uno de motor térmico cuando tenga que recorrer muchos kilómetros, una opción cada vez más extendida.
Respecto al grupo de los híbridos, debemos separarlos en dos categorías: híbridos e híbridos enchufables. En el capítulo de híbridos hay también que diferenciar entre los denominados híbridos lígeros o ‘Mild Hybrid’, que llevan etiqueta ECO, son los más asequibles por la sencillez del sistema y son muy recomendables para el que tiene un presupuesto menor ya que existen modelos con esta tecnología desde 14.000 euros.
Hasta la llegada de estos últimos, que ganan adeptos día a día, los híbridos tradicionales han sido los de mayor éxito en el mercado español porque han sabido ‘vender’ bien sus ventajas. Su tecnología está sobradamente probada, no requieren ser enchufados y se recargan por sí solos en las frenadas o deceleraciones. Son aconsejables en especial para el que recorre muchos kilómetros en ciudad, además de aprovechar todas las facilidades de la etiqueta ECO. Eso sí, en carretera los híbridos no son tan eficientes.
Los híbridos enchufables son los más interesantes para un uso variado, ya que, enchufándolos cada noche, tienen energía suficiente como para circular en modo eléctrico entre 40 y 60 km, la distancia media que habitualmente recorre un usuario cada día para ir y volver del trabajo, y todo con un coste al día de poco más de un euro, el precio de una carga. Tienen etiqueta 0 de la DGT. A la hora de plantearse un viaje con un modelo ‘Plug-in’, su motor térmico les otorga cientos de kilómetros de autonomía repostando de forma tradicional (incluso los hay diésel) en gasolineras.
La mala noticia es que son caros, cuando se agota la batería gastan bastante si son de gasolina, y amortizar la diferencia de precio va a costar recorrer muchos kilómetros aunque es cuestión de hacer cuentas porque el ahorro si uno se mueve mucho por ciudad, es elevado.
Resta hablar del gas GLP (Gas Licuado del Petróleo) y GNC (Gas Natural Comprimido). El primero es una tecnología que lleva años funcionando y que abarata notablemente el uso de un automóvil. Además, existe una red de gasineras muy bien estructurada. Muchas marcas ofrecen esta tecnología desde fábrica; sin embargo, aunque no se adquiera de esa manera, existen numerosas empresas que realizan la conversión con garantías y por un precio que parte de 1.125 euros. Esta conversión se puede realizar en vehículos de gasolina matriculados a partir del año 2001, que cumplan con normativa de nivel de emisiones EURO 3 o posterior, siempre teniendo en cuenta que, para tener derecho a la etiqueta ECO, si el coche es de segunda mano, tiene que ser EURO 4 como mínimo.
El GNC está menos extendido, pero gracias a que el Grupo Volkswagen ha apostado por esta tecnología hay cada vez más modelos y más puntos de repostaje. En ambos casos y teniendo en cuenta los costes, el gas en cualquiera de sus variedades resulta muy ventajoso sea cual sea el tipo de utilización que demos a nuestro coche y la inversión se amortiza enseguida ya que el ahorro en combustible puede llegar al 45%.