De la bombilla incandescente al LED
- La industria ha desarrollado sistemas para potenciar la capacidad de iluminar la vía y que no molesten al resto de conductores
25 febrero 2016
Los sistemas de iluminación en los coches cumplen un doble objetivo: además de permitir al conductor ver en aquellas circunstancias en las que las condiciones de luminosidad sean insuficientes, también ayudan al resto de usuarios de la vía a detectar el propio vehículo. Así, y desde este punto de vista, la iluminación puede ser considerada como perteneciente a los sistemas de seguridad.
La evolución de los sistemas de iluminación va ligada inicialmente a la evolución de los propios emisores, con la pretensión de diseñar sistemas que generen más luz con menor consumo, haciendo además que dicha luz sea más confortable para el conductor. En un principio, se emplearon las bombillas incandescentes (la corriente eléctrica circula por un filamento de wolframio el cual genera calor y luz, todo ello encerrado en una ampolla de vidrio a la cual se le ha hecho el vacío), posteriormente se optó por lámparas halógenas (el vacío de las lámparas incandescentes es sustituido por un gas halógeno que hace que la duración del filamento sea superior, y se genere más luz) hasta las actuales lámparas de xenón (en las que el filamento se sustituye por dos electrodos muy próximos entre los que se genera un arco eléctrico, en un entorno de gas xenón a alta presión, mercurio y sales metálicas) y luces LED, diodos emisores de luz, en los que al hacer pasar corriente a baja tensión dichos diodos emiten luz.
Puesto que, como se ha comentado anteriormente, los sistemas de iluminación son considerados sistemas de seguridad, la industria del automóvil ha desarrollado sistemas para no sólo potenciar la capacidad de iluminar la vía, sino que en su uso no molesten al resto de conductores y, además, mejoren la capacidad de ser detectado.
Hay sistemas que tratan de evitar el deslumbramiento, debido al uso de las luces largas, de los conductores de los vehículos que circulan en sentido contrario o que se encuentran delante (bien porque acaban de adelantar, bien porque el vehículo les ha dado alcance) mediante la detección de éstos (a través de un sensor de luminosidad, cámaras,…), provocando la atenuación o incluso el apagado de las luces hasta que se detecta que pueden ser encendidas de nuevo.