Así son los sistemas de suspensión inteligente
- Los fabricantes han pasado de incorporar este tipo de dispositivos como elementos exclusivos en vehículos de alta gama a equiparlos en coches de serie
22 enero 2018
El sistema de suspensión de los vehículos desempeña un papel fundamental en el comportamiento dinámico de los mismos. Dicho comportamiento está relacionado con el confort de los pasajeros, a través de la influencia de las vibraciones mecánicas verticales; con la estabilidad dinámica, afectando a la maniobrabilidad durante la circulación ante las acciones del conductor sobre el volante de la dirección; y con el comportamiento longitudinal en acciones de tracción y frenado, influyendo considerablemente sobre las cargas verticales dinámicas sobre los neumáticos, lo que afecta al valor de la fuerza adherente entre éstos y la calzada.
El control de los movimientos verticales de cada rueda (frecuencia y amplitud del desplazamiento, aceleración, etcétera) se realiza a través del sistema de suspensión que, situado entre éstas y la carrocería, permite el movimiento relativo entre ambos cuerpos mediante elementos elásticos (resortes, barras de torsión, ballestas…), y produce la disipación de la energía del desplazamiento mediante elementos amortiguadores.
Los sistemas de suspensión pasivos tradicionales incorporan elementos elásticos y amortiguadores con escasa capacidad de adaptación a las condiciones cambiantes a las que se ve sometido el vehículo durante su circulación.
Inteligentes
Frente a los anteriores, los fabricantes de automóviles han desarrollado en las últimas décadas una familia de sistemas de suspensión denominados inteligentes, activos, regulables o pilotados. Estas denominaciones hacen referencia a sistemas de suspensión en los que, con un grado variable de intervención sobre la función elástica y/o la función amortiguadora de dicha suspensión, se incorporan un conjunto de sensores y actuadores que hacen posible una cierta capacidad de adaptación a las necesidades dinámicas del vehículo en cada momento.
Un ejemplo de suspensión predictiva es el sistema “Pothole mitigation” del nuevo Ford “Fusion”. Este incorpora 12 sensores que, trabajando 500 veces por segundo, sirven para detectar la posible presencia de baches delante de las ruedas. Una vez que se ha detectado un bache se ordena a la suspensión activa que bloquee el recorrido de la suspensión en dicha rueda, haciéndola circular en el aire y evitando por tanto el incómodo rebote que se produce.