El vehículo, en modo emergencia
- Cuando se producen determinados fallos en el motor del vehículo, puede activarse automáticamente el modo de emergencia o de autoprotección.
08 febrero 2024
El control electrónico e informatizado de los vehículos cada día es más exhaustivo. Todos los sistemas que llevan electricidad, o prácticamente todos, están controlados por un cerebro electrónico que detecta su buen funcionamiento o si hay algún tipo de anomalía. Por supuesto, esto también pasa con el motor que, al ser el elemento principal del vehículo, cuenta con múltiples sensores para controlar y fiscalizar su buen funcionamiento. Este sistema electrónico es el encargado de regular la entrega de potencia cuando hay diferentes modos de conducción o cuando se detecta cualquier fallo mecánico.
¿QUÉ OCURRE?
Cuando se producen determinados fallos en el motor del vehículo, puede activarse automáticamente el modo de emergencia o de autoprotección, precisamente porque su función es proteger el motor y evitar correr ningún tipo de riesgo Cuando se activa este piloto, el vehículo se lo notifica al conductor a través del cuadro de instrumentos, con el testigo correspondiente: una señal amarilla con forma de motor.
NO SÓLO SON FALLOS EN EL MOTOR
Además, el coche comenzará a perder potencia de forma repentina e impedirá que se alcance cierto número de revoluciones, con lo que la velocidad también se verá reducida, sin poder aumentarla por mucho que se intente acelerar. El objetivo es evitar daños mayores en el motor, pero sí permitir que el conductor pueda desplazarse a un lugar seguro o directamente al taller. El modo de emergencia también puede activarse si se detectan problemas con el cambio, si este es automático. Cuando pasa esto, es posible que su funcionamiento se reduzca hasta el límite de únicamente poder engranar la primera o segunda velocidad, sin dejar insertar el resto.
¿CÓMO SE SOLUCIONA?
Algunas veces, eso sí, las menos, puede resolverse apagando y encendiendo de nuevo el vehículo. Incluso si ha sido un fallo por exceso de temperatura (puede pasar en verano), con dejar un tiempo el coche apagado para que se refrigere, sería suficiente. Pero por desgracia esto no va a ser lo habitual y habrá que llevarlo a un taller lo antes posible. Allí se desactivará este modo tras solucionar la avería que ha provocado que se encienda el aviso de emergencia. Una avería que se detectará enchufando el ordenador al vehículo.
1. Consultar el manual del propietario, para obtener información específica de qué puede indicar este modo si se enciende.
2. Revisar sensores y componentes de forma visual, por si hay daños aparentes.
3. Verificar el nivel de los líquidos como el aceite, refrigerante y cualquier otro fluido presente en el vehículo.
4. Reiniciar el sistema electrónico. Esto se consigue desconectando la batería unos minutos. Al volver a conectarla se reinicia todo el vehículo y se puede apagar el aviso.
5. Si nada de esto funciona, hay que llevar el vehículo a un taller mecánico cualificado para el diagnóstico y reparación de la o las posibles averías.
1. Cuidar los sensores, conservándolos limpios para que funcionen bien.
2. Mantener el sistema de refrigeración en buenas condiciones para evitar el calentamiento excesivo del motor.
3. Si se notan problemas de funcionamiento de cualquier elemento o sistema, hay que revisarlo de inmediato e intentar repararlo lo antes posible para prevenir males mayores.
4. En cualquier caso, debe realizarse el mantenimiento que indique la marca, prestando especial atención a los cambios de aceite.
Si se enciende el testigo del motor amarillo en el cuadro y el vehículo pierde potencia puede deberse a varios problemas. Estos son los más habituales a los que nos tendremos que enfrentar.
1. Avería en el motor. Este suele ser el origen de los principales fallos y que pueden afectar a diferentes elementos: la unidad de control del motor (ECU), presión de sobrealimentación, sensor del árbol de levas, sensor del turbocompresor, bobinas de encendido, medidor de flujo de aire o la bomba de inyección.
2. Exceso de temperatura en el motor. Suele ser más habitual en el verano. Con apagar el coche un tiempo, se soluciona de forma temporal, hasta llegar al taller y que se revise qué es lo que falla, si es el termostato, la bomba de agua, etc.
3. Fallo en la caja de cambios. Puede suceder por un circuito quemado, un contacto oxidado, un nivel de aceite incorrecto por exceso o defecto o, simplemente, por falta de este líquido lubricante.
4. Obstrucción del filtro de partículas diésel (DPF). Se produce con frecuencia en los vehículos con este tipo de motor. En estos casos, además de la pérdida de potencia, comenzará a salir un fuerte e inusual humo por el escape. 5Compresor del aire acondicionado, bomba de la dirección u otros elementos que funcionan con la energía eléctrica generada por el motor.