Todos sobre las alergias y la conducción

junio 2023

Cada 8 de julio se celebra el Día Mundial de la Alergia, un grupo de enfermedades que en España afectan a más de ocho millones de españoles y que puede complicar la seguridad al volante.

Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) las enfermedades alérgicas por pólenes afectan en nuestro país a más de ocho millones de personas, siete de los cuales son alérgicos a gramíneas seguidos en orden decreciente por alergia al olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria. Ocho millones de personas que, de conducir sin el tratamiento adecuado, lo hacen mientras padecen unos síntomas (lacrimeo continuo, picor de ojos, estornudos en tandas...) que interfieren con su capacidad de reaccionar en la carretera. Para comprender el riesgo que corren estos conductores basta con un ejemplo: estornudar durante cinco segundos mientras se circula a 90 km/h supone recorrer 125 metros de carretera "a ciegas".  

El momento de más estrés para los conductores alérgicos es, sin duda, la primavera, pero en zonas de costa, como Galicia, y para determinados tipos de pólenes, el verano sigue sin ser sinónimo de paz: aún les queda camino que recorrer. Por eso nunca está de más que antes de iniciar un trayecto largo los conductores con alergia chequeen los niveles de polen del sitio al que van a viajar.

Padecer algunas de las afecciones más comunes provocadas por las enfermedades alérgicas, como la rinitis o el asma, supone una merma de la calidad de vida de muchos de estos pacientes y entorpece su capacidad para conducir. Casi la tercera parte de los alérgicos admiten que la alergia interfiere con su conducción. Por motivos como este, hay que consultar con el especialista sobre la medicación que se toma antes de ponerse al volante y cumplir con algunos hábitos que hacen más llevaderas las crisis alérgicas al volante y que hemos reunido en la siguiente animación:

Avispas y abejas: los más peligrosos en la carretera

Aproximadamente el 3% de la población española padece una reacción alérgica generalizada cuando una avispa o una abeja le inocula su veneno, según los datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Una cifra que ha ido en aumento con el paso de los años. Esta misma organización advierte que los casos de reacciones alérgicas graves a estas picaduras (las que cursan con anafilaxia) han aumentado un 20% en la última década.

Desafortunadamente para nuestras vacaciones veraniegas la mayoría de los casos de picaduras de estos himenópteros (un 48%) se producen durante los meses de más calor, cuando estos insectos están activos y nosotros disfrutamos de la vida al aire libre.

A efectos de seguridad vial, ser alérgico a la picadura de abejas y avispas es un riesgo grave para la conducción. Un estudio realizado por la Sociedad Catalana de Alergia e Inmunología Clínica comprobó que dentro del 30% de alérgicos que habían sufrido un picotazo de estos insectos mientras trabajaban, muchos de ellos eran chóferes profesionales, lo que podía dar pie a sufrir un accidente de tráfico grave ya que una reacción alérgica a una picadura de abeja o avispa puede conllevar la pérdida del conocimiento mientras se conduce. El mismo estudio señalaba a que otro 12% de alérgicos eran picados por avispas y abejas mientras conducían sus propios turismos o bicicletas.

La mejor medida para prevenir ambas cosas, la reacción alérgica grave y el accidente de tráfico, es tratarse la alergia al veneno de estos insectos.Y para ello el tratamiento más efectivo hasta el momento es suministrar una vacuna mensual al paciente alérgico durante cinco años. Un tratamiento preventivo que tiene hasta un 98% de efectividad en los casos de alergia al veneno de avispas y un 95% en cuanto a las abejas.