Conducir con abrigo, ¡peligroso!
- Los automovilistas conocen mejor cuál es el calzado adecuado que la ropa idónea para conducir
05 diciembre 2013
La Fundación CEA ha realizado una encuesta online a más de 1.000 conductores para detectar los hábitos equivocados a la hora de vestirse y conducir. Según este estudio, casi el 96% de los conductores creen utilizar la vestimenta adecuada. De ellos, más del 15% declara conducir habitualmente con el abrigo puesto. En el 7% de los casos, la temperatura del habitáculo es superior a 24º C. Del mismo modo, en el estudio se constata que la vestimenta que el encuestado cree adecuada no coincide con la que es recomendable. De hecho, los conductores entrevistados conocen mejor el calzado idóneo que la ropa útil. Llevar ropa gruesa, abrigos o prendas similares, hace que el cinturón de seguridad no sea tan eficaz en caso de accidente.
Hábitos según la zona
Según la zona del país y la climatología, los conductores tienen hábitos distintos a la hora de seleccionar ropa y calzado adecuado. En la zona norte de España, uno de cada cinco automovilistas asegura conducir con el abrigo puesto durante el invierno y el 88% opina que su vestimenta es adecuada para la conducción. En cambio, en Madrid, el 95% cree que conduce con ropa adecuada, pero durante el invierno el 15% lo hace con el abrigo puesto. En las regiones interiores, un 11% afirmó conducir con una temperatura superior a los 24º en el interior de su coche, solo el 7% de automovilistas del total nacional afirmó lo mismo.
Hasta el 80% de los asientos infantiles se usan de manera incorrecta siendo la tensión del cinturón el principal fallo. Muchos padres desconocen que cuando un niño lleva el abrigo puesto en la silla del coche, su seguridad puede verse reducida. Chevrolet recomienda a los padres que comprueben la seguridad de las sillas infantiles en invierno cuando los niños viajen con el abrigo puesto. Según el organismo encargado del Transporte en el Reino Unido, hasta un 80% de los asientos infantiles se utilizan de forma incorrecta, siendo la tensión de los cinturones de las sillas el principal fallo. La manera en que el niño encaja en la sillita cambia cuando lleva puesta ropa de abrigo, lo que aumenta las posibilidades de que este salga despedido del asiento ante una colisión o frenado brusco.