Glaucoma contra la conducción segura
- El glaucoma provoca visión borrosa y reducción del campo visual, produciendo un grave peligro al volante
12 marzo 2014
El Día Internacional del Glaucoma –que se celebra todos los 12 de marzo– es un buen momento para recordar cómo afecta esta enfermedad visual a la conducción, ya que por tratarse de un deterioro progresivo e indoloro, puede pasar desapercibido. Se trata de una enfermedad del nervio óptico que se produce, en la mayoría de los casos, por la acumulación de humor acuoso –el líquido del ojo– en el interior del globo ocular, ocasionando sobrepresión y elevación de la presión intraocular. Afecta al 1,5% de la población, aunque la incidencia aumenta al 2% por encima de los 40 años. Puede afectar a cualquier persona, aunque enfermedades como la diabetes o miopías altas, problemas circulatorios, hipertensión arterial y antecedentes hacen que exista una mayor predisposición.
El glaucoma provoca un deterioro progresivo de la visión y no duele, por lo que, a veces, quienes lo sufren van acostumbrándose a su estado visual, sin detectar el peligro. No obstante, provoca una serie de defectos visuales que deterioran la capcidad de conducir con seguridad. Así, provoca visión borrosa, dolor de ojos y fatiga ocular, dolor de cabeza y, a veces, náuseas y vómitos, halos coloreados alrededor de las luces, visión pobre con poca luz y una importante reducción del campo visual (algunos lo comparan a una mirada a través de un tubo).