Cuidado con la depresión al volante
- La depresión puede afectar a la conducción negativamente
02 octubre 2014
La depresión es una enfermedad muy común. La sufren 120 millones de personas a nivel mundial y, según datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2030 será la segunda causa de discapacidad en el mundo tras las enfermedades cardiovasculares. Además, es un trastorno que repercute de forma notable a la conducción. De hecho, se desaconseja conducir a quienes estén deprimidos sin haber sido diagnosticados por un médico, pero, a la vez, es necesario que tener especial cuidado con la medicación antidepresiva, ya que en algunos pacientes los medicamentos antidepresivos pueden tener efectos adversos e incapacitarlos para ponerse al volante con seguridad.
Todo el mundo puede pasar por fases temporales de tristeza, pero si alguien padece cuatro o más de los síntomas especificados durante un tiempo prolongado (más de dos semanas), debería acudir a un doctor, porque podría estar sufriendo una depresión:
- Cansancio y pérdida de energía
- Tristeza persistente
- Pérdida de confianza y autoestima
- Dificultad para concentrarse y tomar decisiones
- Evitar a los demás y aislarse
- No ser capaz de disfrutar actividades habitualmente placenteras o interesantes
- Exagerar los sentimientos de culpa e inutilidad
- Problemas de sueño
- Importencia, indefensión, incapacidad
- Problemas sexuales
- Dolores físicos y mentales
- Pensamientos de suicidio o muerte