Primer badén inteligente de España
- El badén inteligente "premia" a los conductores respetuosos con los límites de velocidad y es capaz de diferenciarlos de los que no
07 noviembre 2014
Este dispositivo está instalado ya en la Avenida Infante D. Luis de Boadilla del Monte, en Madrid. Su inventor es el gerente de la empresa Badennova, Jose Antonio Aguilera; se llama BIV, siglas de Badén Inteligente de Velocidad, y ha sido reconocido con los premios de la Fundación para la Seguirdad Vial, que le otorgó en 2010 el Premio Nacional de Seguridad Vial y el Premio a la Innovación en seguridad vial, de la Feria Internaciona Intertraffic de Amsterdam (2010).
Qué es y cómo funciona
Este badén es capaz de distinguir entre los conductores que respetan los límites de velocidad y los que no, "premiando" con un comportamiento no perceptible a los que circulen dentro de los límites de velocidad y actuando como un badén normal en el caso de que se circule a mayor velocidad. Para lograr este objetivo, el BIV contiene en su interior un líquido no newtoniano cuya función es mantenerse fluido cuando es alcanzado a velocidades bajas y hacerse sólido cuando la fuerza es mayor. El líquido se puede diseñar para que actúe a diferentes velocidades; en el caso de Boadilla del Monte, los ocho BIV instalados reaccionarán a partir de los 30 kilómetros por hora.
El BIV está compuesto por una membrana protectora en la que se alberga un líquido no newtoniano, y un revestimiento de alta resistencia que soporta tanto el peso como los golpes que puede recibir en el tránsito de vehículos y personas. Los materiales no son tóxicos ni contaminantes, son respetuosos con el medio ambiente y están diseñados para soportar vehículos pesados y cambios de temperatura.
Reduce el riesgo de accidente y contamina menos
El BIV presenta numerosas ventajas en comparación con el badén actual. Al evitar el obstáculo si se circula a la velocidad permitida se reduce el riesgo de accidentes ante la frenada brusca al aproximarse a un badén. Además, se evitan lesiones en la espalda ocasionadas por los bruscos saltos y los numerosos cambios de altura de la vía por la que se circula y se disminuyen los daños ocasionados en el vehículo tanto en amortiguación como en piezas mecánicas ya que no sufriría ningún impacto. A estas ventajas hay que añadir que se contamina menos ya que hay una menor emisión de CO2 al mantenerse una velocidad continua, sin frenazos ni aceleraciones. Igualmente, y por la misma razón, se minimiza la contaminación acústica.