Los padres al volante, ¿son un ejemplo para sus hijos?
- El 81% de los niños constata que sus padres dicen "palabrotas" cuando conducen, algo que admite la mayoría de los padres (un 76%).
01 febrero 2016
El estudio ha sido elaborado por Ipsos para la Fundación VINCI Autoroutes, y ha constado de una encuesta cuantitativa a cerca de 1.000 padres y niños de entre los 8 y los 16 años de edad y un segundo estudio cualitativo, elaborado por el profesor Daniel marcelli, especialista en psiquiatría infanto-juvenil, basado en entrevistas realizadas a las familias. El objetivo: conocer si los padres, como conductores, son un buen ejemplo para sus hijos.
NIños que confian en la manera de conducir de sus padres
Los pequeños se sienten seguros en coche y de forma natural confían plenamente en la manera de conducir de sus padres: les dan una nota media de 8 sobre 10. Aunque los padres se atribuyen una nota ligeramente más baja, un 7,3 de media, se sienten muy seguros también al volante.
Niños que observan y a los que no se les engaña
Aunque los padres cambian determinadas prácticas cuando su familia está a bordo del vehículo (el 68% conduce más despacio y el 66% se enfada menos al volante), no conducen de forma responsable – y son conscientes de ello. El 77% admite superar los límites de velocidad; una actitud confirmada por el 65% de los niños, que consideran que sus padres circulan demasiado rápido. El 59% a veces olvida poner el intermitente al girar; un olvido también constatado por el 59% de los niños. El 38% de los padres no para el vehículo para dejar pasar a los peatones. Una infracción del Código de circulación observada por el 31% de los niños – quienes suelen ser peatones.
Padres preocupados por la educación de sus hijos pero que olvidan su papel de ejemplo
El 81% de los niños constata que sus padres dicen “palabrotas” cuando conducen, algo que admite la mayoría de los padres (76%). No obstante, estos últimos intentan esforzarse a la hora de educar a sus hijos (2/3 de los padres intentan enfadarse menos en presencia de ellos).Si en cuanto a las palabrotas, los padres son conscientes de ser un modelo y del riesgo de mimetismo inmediato por parte de sus hijos, muchos no siguen el Código de circulación en su presencia. Un claro ejemplo es el uso del teléfono al volante:
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El 44% de los padres confiesa responder al teléfono cuando conduce; el 54% de los niños afirma haber constatado ese tipo de comportamiento.
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El 31 % de los padres realiza llamadas cuando está al volante, una actitud constatada por el 44% de los niños.
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El 29 % de los padres envía o lee mensajes de texto cuando conduce (e incluso el 42% de los padres menores de 35 años); por parte de los niños, más de un 1/3 (el 34%) de ellos ha observado ese tipo de comportamiento.
Largos trayectos en familia: ¿y si los niños enseñasen a sus padres a hacer verdaderas pausas?
El 78% de los padres afirma realizar pausas más frecuentes cuando está con sus hijos. Se paran de media cada 2h36, es decir, 36 minutos más respecto al tiempo medio recomendado. Sin embargo, más de un padre de cada diez (el 13%) espera más de 3h para hacer una pausa. En ese caso, el humor de los niños puede convertirse en una alerta saludable para recordar la necesidad de una pausa para la familia.
Pero según los niños, casi un tercio de los padres (el 32%) es fiel a las pausas mínimas y no se para más que el tiempo suficiente para ir al aseo y poner gasolina al coche, sin tiempo suficiente para comer y beber algo, jugar o descansar.
Por otro lado, la encuesta desvela que los padres jóvenes (menores de 35 años) suelen hacer menos pausas que el resto cuando van en coche con sus hijos (el 33% respecto a la media del 13% de padres) y que circulan de forma más frecuente de noche (el 29% respecto al 25% de media).
El estudio también se ha fijado en la atención que prestan los padres a ponerse el cinturón de seguridad, que es uno de los primeros comportamientos que deben adoptarse al volante, y en principio uno de los mejor asimilados culturalmente. Aunque pueda parecer un gesto obvio, en realidad, los resultados no son alentadores: el 22% de los padres no comprueba sistemáticamente si sus hijos se han puesto el cinturón y el 27% de los niños se da cuenta de ello. El 11% de los padres señala que no se lo pone a sus hijos en trayectos muy cortos y el 17% de los niños de entre 8 y 11 años confiesa no ponérselo para esos trayectos cotidianos.