En sillita y en sentido contrario a la marcha
- En 2015 fallecieron 25 niños en accidente de tráfico y 355 resultaron heridos graves
26 octubre 2016
Si un bebé de seis meses viaja en el regazo de un adulto sería automáticamente despedido hacia delante en caso de accidente y se vería aplastado gravemente por la persona que lo lleva encima. Si lo hiciera un niño de 6 años, sentado en el asiento trasero pero sin cojín elevador, su cinturón de seguridad se desplazaría de tal forma que podría provocarle lesiones graves en el cuello, y el cuerpo acabaría deslizándose por debajo del mismo, con consecuencias fatales. Si por el contrario, utilizara sistema de retención infantil (SRI) homologado y adecuado al peso del menor esto no ocurriría, ya que el cinturón de seguridad actuaría adecuadamente y frenaría el desplazamiento del niño, minimizando el riesgo de sufrir una lesión. Estas son algunas de las conclusiones del último informe sobre seguridad infantil en el automóvil en España y Latinoamérica, realizado por Fundación Mapfre. El objetivo del trabajo, elaborado por expertos en seguridad vial de dicha entidad, es analizar los errores más peligrosos y frecuentes que los padres cometen a la hora de viajar con sus hijos, como no utilizar el cinturón de seguridad o llevarlo con holguras, y dar a conocer las regiones del cuerpo más perjudicadas por lesiones críticas que se producen cuando no se utilizan los SRI adecuados.
Pruebas de choque
Para ello, ha llevado a cabo numerosos ensayos de choque (crash test) en los que pone a prueba la utilización de diferentes sistemas de retención infantil en situaciones correctas e incorrectas, así como en las que se utilizan sistemas no homologados y envejecidos y en las que directamente no se utiliza ninguna sillita infantil. Para cada ensayo ha estudiado diferentes parámetros como la aceleración del tórax y los desplazamientos horizontal y vertical de la cabeza de un muñeco y ha registrado señales en los sensores de los maniquíes para evaluar el riesgo de lesión que podría producirse en caso de accidente.
Las pruebas de impacto demuestran que permitir que los más pequeños viajen con holguras en el cinturón de seguridad y en el arnés de seguridad provoca daños considerables en la cabeza y el tórax, dos zonas del cuerpo que también sufren impacto por encima de los límites establecidos cuando se utilizan sistemas de retención infantil envejecidos y no homologados. En el informe se asegura que estos últimos, que todavía se encuentran a la venta en comunidades como Madrid, se rompen en caso de siniestro, haciendo que el sistema sea totalmente inseguro.
Balance de víctimas
El director de seguridad vial de la Fundación Mapfre, Jesús Monclús, hace referencia a los últimos datos de siniestralidad vial, 25 víctimas mortales menores de 14 años en 2015, “un dato mejor que el de otros años, pero inaceptable”, y ha recordado que es necesario mejorar el conocimiento de los padres y madres sobre la necesidad de que los niños mayores sigan utilizando sillitas infantiles o asientos elevadores no solo hasta que midan más de 1.35 centímetros, como indica la legislatura actual, sino “incluso después de ese momento y hasta que el cinturón de seguridad de adulto quede ajustado con seguridad sobre el cuerpo del menor”.
Asimismo, Monclús, aconseja que “los niños que utilizan un SRI adecuado a su peso, estatura y edad y aquellos que viajan en la parte trasera del vehículo y en sentido contrario a la marcha lo hacen de forma mucho más segura y están expuestos a un riesgo mucho menor de perder la vida o resultar heridos que los que no llevan sujeción. Los más pequeños deberían viajar mirando hacia atrás no solo hasta que cumplen 1 o 2 años, sino hasta los 3 o incluso los 4 años”.