Denunciados 776 autobuses escolares
- La falta de autorización especial de transporte escolar y el seguro de responsabilidad ilimitado siguen siendo las irregularidades más numerosas entre los vehículos controlados
26 enero 2017
Más de 2.000 vehículos dedicados al transporte escolar y de menores han sido controlados durante la campaña especial de vigilancia que la Dirección General de Tráfico ha realizado entre el 16 y el 20 de enero para comprobar que los vehículos dedicados a este tipo de transporte cumplen la normativa establecida.
Durante estos cinco días de campaña, se ha constatado que de los 2.081 vehículos controlados que se dedican dedicados a este tipo de transporte 776 han sido denunciados sobre todo por irregularidades administrativas.
“Cada día, 230.000 alumnos utiliza el autobús escolar para ir al colegio y volver a casa. Es un medio de transporte seguro, tal y como muestran las cifras de siniestralidad vial, ya que el año pasado no se produjo ninguna víctima mortal entre los usuarios de este tipo de vehículos, pero que debido a la vulnerabilidad de sus pasajeros y a las vías por las que se suele circular, en su mayoría carreteras convencionales, necesita de una especial vigilancia para mantener estos niveles de seguridad”, ha declarado el director general de Tráfico, Gregorio Serrano.
Las irregularidades más numerosas
Las irregularidades administrativas son las que mayor número de denuncias han generado. Por ejemplo, no disponer de la autorización especial para realizar transporte escolar ha supuesto la denuncia a 581 vehículos por no tener suscrito un seguro de responsabilidad ilimitado, como exige la ley, ha dado lugar a 167 denuncias.
Los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil también han comprobado que 64 vehículos de transporte escolar presentaban deficiencias en las puertas de servicio y emergencias, así como en sus dispositivos de accionamiento.
Por último, en lo que se refiere al exceso de tiempo de conducción o minoración del descanso, 2 conductores fueron denunciados por este motivo y otros 26 por no llevar a bordo del autocar una persona encargada del cuidado de los menores, cuando así procedía.
Respecto al cinturón de seguridad en aquellos vehículos que los llevan incorporados, en las inspecciones realizadas por los agentes, se constató que en 8 casos, denunciados no se hacía uso de los mismos.
La preocupación de la DGT para que el transporte de menores se realice de forma segura lleva a los agentes a realizar permanentemente controles en este tipo de vehículos.
El conductor del autobús siniestrado en Fuenlabrada, positivo en drogas
El accidente, por salida de vía y vuelco posterior, de un autobús escolar ayer en Fuenlabrada (Madrid) ha ensombrecido los resultados de esta campaña preventiva. 23 menores de entre 12 y 14 años, que viajaban en el autocar, tuvieron que ser trasladados a hospitales cercanos, eso sí con heridas leves.
El conductor dio negativo en la prueba de alcoholemia que le realizaron los agentes de la Guardia Civil, en cambio no ocurrió lo mismo en el test de drogas, arrojando un resultado positivo en cocaína. Los agentes procedieron a su detención al demostrar además claros síntomas de estar bajo los efectos de este estupefaciente. La causa probable del accidente, según las primeras investigaciones, ha sido velocidad inadecuada y conducir bajo la influencia de drogas tóxicas. Otra circunstancia es que, a pesar de el autobús disponía de cinturones de seguridad en cada una de las plazas, solo algunos menores lo llevaban puesto en el momento del accidente.
En 2015, los autobuses escolares se vieron implicados en 27 accidentes (14 en vías interurbanas y 13 en urbanas), en los que no falleció ninguna persona aunque 9 ocupantes resultaron heridos.
Según un estudio elaborado por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil sobre accidentalidad y lesividad de los vehículos dedicados al transporte escolar:
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La gran mayoría de ellos ocurren en vías convencionales, el 65% ocurrieron en esta clase de vías.
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El tipo de accidente más frecuente es la colisión fronto-lateral.
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La distracción y la velocidad inadecuada aparecen como factores concurrentes más frecuentes.