El estrés aumenta un 28% el riesgo de accidente
- En general, dos de cada cinco conductores españoles afirman que no se olvidan de sus preocupaciones mientras se encuentran al volante; y si esta conducción se produce por un trayecto habitual, esta cifra se eleva a cuatro de cada cinco.
30 junio 2017
Durante la conducción, las preocupaciones personales y el estrés nos provocan distracciones que ponen en riesgo la seguridad en la circulación, aumentando la probabilidad de sufrir un accidente de tráfico. Para estudiar el problema, y mejorar su prevención, las empresas BP, CASTROL y el RACE han analizado el nivel de distracción que generan estas circunstancias, y sus efectos en la conducción. Los principales resultados obtenidos en dichas pruebas demuestran claramente que un conductor en estado de estrés experimenta un aumento general del nivel de ansiedad, nerviosismo y precipitación en la toma de decisiones, frente al que tendría conduciendo en un estado emocional normal.
Pérdidas de memoria a corto y largo plazo
La circulación con estrés provoca una reducción de la concentración del 12%, que supone un aumento del tiempo para la toma de decisiones. Esto es vital, especialmente en una situación de riesgo, a la hora de frenar ante un imprevisto o evitar un posible accidente. Otro de los efectos es la reducción en un 66% de la capacidad de recordar el trayecto realizado, tanto en la memoria a corto como a largo plazo. De hecho, un conductor en estado de estrés recuerda un 20% menos de señales de tráfico respecto a una conducción normal.
También cambia la percepción del nivel de riesgo. La aversión al riesgo es menor, aumentando un 28% el riesgo de sufrir un accidente. Así, los datos obtenidos demuestran que se circula de forma más agresiva, como indican los instrumentos de medición que muestran un incremento de un 17% en el número de maniobras bruscas realizadas y aceleraciones. Los conductores con estrés experimentaron un aumento del 12% en su nivel de frustración respecto a un estado normal, debido a que querían terminar en un menor tiempo el recorrido a realizar. Otra de las particularidades del estrés es que afecta directamente al cuerpo, aumentando la tensión muscular un 50% mientras se conduce, lo que incrementa a su vez, los niveles de fatiga en más de un 80%, incluso tratándose de un trayecto corto.
Campo de visión reducido
Respecto al campo de visión, fundamental para una conducción segura, los resultados muestran cómo un conductor estresado sufre el conocido como “efecto túnel”, que aumenta a medida que se incrementa la velocidad. Los “mapas de calor” obtenidos durante la conducción sin estrés indican que el conductor se beneficia de una mayor visión periférica y homogénea, que le permite tener una atención más significativa a los elementos exteriores como señales, entorno de tráfico, cruces, etc., así como una mayor atención a los espejos, cuadro de instrumentos y mandos del vehículo. Por el contrario, en la conducción con estrés las pruebas demuestran que existe una menor visión periférica, basada en una visión por impactos y atención sólo a la zona central, prestando poca atención a los elementos exteriores: señales, tráfico, cruces, personas, y una casi inexistente atención a los espejos retrovisores del vehículo.
Monitorización
Para la investigación, los expertos han realizado un estudio en el que se mide comparativamente la conducción de una misma persona en diferentes estados emocionales. Para el trabajo, basado en técnicas neurocientíficas, se ha monitorizado a 15 personas durante la conducción, aplicando la tecnología más avanzada como el Eyetracking Glasses (a través de la pupila se miden datos de atención); GSR-Cardio (medidor de respuesta galvánica de la piel y ritmo cardíaco para medir la intensidad emocional), el Facial Coding (captando micro expresiones para detectar emociones inconscientes como alegría, enfado, sorpresa, etc.) o el EEG (electroencefalograma para registrar la actividad cerebral basada en respuestas eléctricas, lo que ofrece información de las diferentes ondas que emite el cerebro para medir estados de cognición, frustración, meditación, actividad cerebral, etc.).
Encuesta
Para conocer el nivel de distracción que causan en la conducción las preocupaciones personales y el estrés, BP, CASTROL y el RACE han realizado un estudio cuantitativo que recoge la opinión y percepción de 1.016 conductores, representando al universo de automovilistas. En general, dos de cada cinco conductores españoles afirman que no se olvidan de sus preocupaciones mientras se encuentran al volante; y si esta conducción se produce por un trayecto habitual, esta cifra se eleva a cuatro de cada cinco.
Una de las conclusiones de la encuesta es que circulamos inmersos en nuestros pensamientos: tres de cada cuatro conductores afirman que en alguna ocasión han llegado a tomar una ruta de manera automática, o se han encontrado llegando a un lugar que no era su destino; es decir, han conducido en lo que se conoce como “piloto automático”, lo que supone un riesgo muy importante en los trayectos más habituales. La mayoría de los encuestados coinciden también en la importancia de no ponerse al volante en un estado emocional alterado, ya que el 71% piensa que efectivamente puede influir en una conducción segura. Aun así, un 54% de los conductores españoles no suele evitar coger su vehículo aunque esté emocionalmente alterado (estrés, enfado, alegría, euforia).
Los elementos que los conductores reconocen que más pueden distraerles son los internos (pensamientos, preocupaciones, etc.) con el 47%, seguido de los factores externos (móvil, radio, etc.) con el 25%. En cuanto a los motivos que alejan nuestra mente de la tarea de conducir, el 57% de los conductores españoles asegura que cuando conduce suele pensar en el trabajo, un 54% en su familia, un 35% en el dinero o los problemas económicos, un 33% en su pareja y un 27% en la salud,. Además, el 51% de los conductores españoles asegura que su conducción es más agresiva cuando se encuentran estresados, y un 52% nos dice que es la propia conducción lo que les puede llegar a estresar.
Una conducción responsable y relajada es fundamental, por eso, si quiere aprender a mantener la calma al volante, estos consejos pueden ayudarle:
-
Un paseo de 5 minutos: Tome conciencia de su estado de ánimo antes de subir al coche. Si ha tenido una discusión o se encuentra especialmente alterado, un pequeño paseo de 5 minutos puede ayudarle a relajarse antes de conducir.
-
Tómese 1 minuto antes de arrancar: Antes deponer en marcha el coche, tómese un minuto de pausa para centrarse y planificar su ruta.
-
Consciencia corporal: Tome conciencia de su cuerpo mientras conduce, una buena posición al volante facilitará una conducción más atenta y responsable.
-
Respire profundamente: Cuando descubra que está conduciendo en piloto automático, respire profundamente, escuche sus emociones y fije de nuevo su atención en la carretera.
-
Frenada brusca: Si realiza una frenada brusca debido a una distracción, respire tres veces profundamente, modere la velocidad y pregúntese si merece la pena el riesgo que ha corrido por estar distraido.
-
En los atascos: Aproveche un atasco para practicar la atención plena, sienta su cuerpo, respira profundamente y céntrese en el ritmo del tráfico.
-
Estrés: Si las situaciones en las que hay mucho tráfico le generan estrés, use la exhalación para conducir con atención plena y relajarte.
-
Practique la conducción consciente: Una conducción consciente permite tener la capacidad de poner en marcha la acción-respuesta adecuada con los 5 sentidos.
-
Practique la conducción segura: Practique la conducción segura, conduzca a una velocidad moderada, en marchas largas y anticipando el tráfico, le ayudará a reducir su estrés y a disfrutar más de la conducción.
La campaña Al volante ZENtrate, pretende concienciar a los conductores sobre la importancia de mantener la atención en la conducción, alertando sobre los riesgos de las preocupaciones personales y el estrés. Mejorar el ánimo de los conductores ofreciéndoles consejos útiles para ponerse en la carretera en un estado emocional óptimo mediante técnicas de relajación.