Recomendaciones anti-estrés
- Si sufre un ataque de ansiedad, falta de aire, palpitaciones, sensación de ahogo... mientras conduce, detenga su vehículo en una zona segura lo antes posible
03 abril 2020
Si ya el estrés de por sí es un problema muy frecuente en la sociedad actual, ahora en la situación actual de pandemia por COVID-19, la incertidumbre, el miedo y el sentimiento de vulnerabilidad disparan nuestros pensamientos angustiosos sobre los nuevos escenarios y el futuro próximo, generando malestar, desasosiego y alterando nuestro sistema nervioso. En definitiva, añadiendo estrés.
Por ello, y para aquellas conductores que diariamente se desplazan en vehículo particular, transporte público o a pie, por motivos laborales o de extrema necesidad, o utiliza el vehículo como herramienta de trabajo, y que pueden estar bajo presión y estrés, ya sea por miedo al contagio del coronavirus y sus consecuencias, como por las responsabilidades derivadas del trabajo y la incertidumbre del momento, FESVIAL ha elaborado un catálogo de recomendaciones para tratar de reducir ese estrés y sus consecuencias negativas -en este sentido, hay que recordar que en torno al 20% de los accidentes de tráfico se relacionan con el estrés y sus síntomas-.
Conductas de riesgos por estrés
Ante esta situación de estrés, aunque no sea consciente de ello, el conductor podría manifestar ciertas conductas de riesgo en la movilidad que podrían provocar un accidente de tráfico. Entre otras, FESVIAL destaca:
- Agresividad y hostilidad: somos menos pacientes y más impulsivos y posiblemente tengamos conductas más arriesgadas a manos del volante ya que percibimos menos riesgos.
- Menor tolerancia a la frustración: tendremos mayores problemas de relación y comunicación.
- Trastornos físicos: En la fase de agotamiento es -ver recuadro- aparecen trastornos como: alteración del sistema circulatorio, trastornos digestivos y del sueño, dolores musculares, debilitación del sistema inhume, fatiga y cansancio y a nivel cognitivo aparecen alteraciones del estado de ánimo, etc. Bajo esta sintomatología o si manifiesta alguna de estas conductas y conduce, FESVIAL recuerda que sus capacidades, actitudes y aptitudes no estarán en condiciones adecuadas para conducir con seguridad, y se pondrá en riego, aunque la ocupación de las vías sea baja.
Recomendaciones anti-estrés
Cada persona experimenta el estrés de distinta manera y ante situaciones diferentes. Si se encuentras en una situación de elevado estrés y debe conducir, tenga en cuenta:
- Procure dormir las horas necesarias, siguiendo las recomendaciones de una higiene de sueño adecuada.
- Intente de vez en cuando no dedicar mucho tiempo a pensamientos catastrofistas
- Evite el consumo de alcohol y no se automedique
- No se ponga metas inalcanzables y priorice lo importante
- Si encuentra un hueco, haga algo que le entretenga y relaje
- Mientras conduce, escuche música que le guste, no esté continuamente pendiente de la información sobre la pandemia
- Intente mantener una dieta saludable y beber mucha agua
- Reduzca el consumo de café y otros estimulantes
- Si conduciendo y sufre un ataque de ansiedad o pánico (los síntomas son falta de aire, palpitaciones, sensación de ahogo y desbordamiento), detenga su vehículo en una zona segura lo más rápidamente posible y solicite ayuda comunicándolo en el trabajo, familiares, etc.
Según explican en FESVIAL, el estrés es un proceso psicológico normal. Aparece cuando se perciben o se presentan situaciones de exigencia o demanda y no se sabe cómo responder a ellas de forma clara y adecuada. Estas tensiones pueden derivarse de pensamientos racionales o irracionales, de miedos o falsas percepciones...; ¿me contagiaré?, ¿y si donde voy a descargar la mercancía hay algún infectado?, ¿y si atendiendo a un cliente me contagio?, ¿y si contagio a mi familia por trabajar?, ¿y si voy más deprisa llegaré antes? ¿Pero me multarán? ¿Cerrará mi empresa si la situación sigue así? etcétera.
¿Bueno o malo?
Si se pudiera responder de forma inmediata y eficaz, la situación se resolvería con éxito y no se producirían las consecuencias negativas asociadas al estrés. Cuando no se puede dar una respuesta rápida y eficaz, nuestro organismo pone en marcha un mecanismo de emergencia general y los cambios corporales que produce este mecanismo se conocen como estrés. Con ello, el cuerpo se prepara para afrontar cualquier situación problemática, sea de la naturaleza que sea, y destapa todo su potencial de defensa. Así, el estrés, como mecanismo de defensa, es un sistema de supervivencia, y cierto nivel de estrés es necesario.
1. Alarma: el organismo detecta la demanda y mueve una gran cantidad de energía tanto a nivel físico como mental.
2. Resistencia: como todavía no se ha resuelto la situación de estrés, el organismo debe compaginar las demandas del estrés con el resto de funciones vitales.
3. Agotamiento: cuando el estrés se alarga en el tiempo, se cae en esta fase, donde se manifiestan con contundencia los problemas de salud.